Los humanos pasamos hasta un tercio de nuestra vida durmiendo, precisamente porque es lo que nuestro cuerpo necesita. Mientras nos dejamos envolver por los brazos de Morfeo, en nuestro organismo ocurren una serie de cosas de las que ni siquiera somos conscientes: soñamos aunque no lo recordemos, hablamos, rechinamos lo dientes, experimentamos excitación sexual y disminuye la temperatura y la presión arterial. Además, al dormir tienen lugar una serie de procesos de reparación que requieren un tiempo mínimo para completarse.
Esto significa que dormir poco, por ejemplo, 5 o 6 horas, o menos, aumenta el riesgo de desarrollar problemas de salud al interrumpir dichos procesos, muchos de los relacionados con la función neuronal y con las hormonas y el sistema endocrino. Esto es lo que le pasa al cuerpo si no se duerme es tiempo suficiente de forma regular.
4MAYOR PROPENSIÓN A ENFERMEDADES MENTALES
La falta de sueño afecta rápidamente a la salud mental. Basta con una noche de mal dormir para que notemos cómo cambia nuestro humor, y somos más vulnerables a los efectos del estrés. El estrés es un mecanismo que hace que el organismo segregue cortisol, que a su vez inhibe el sueño, suprime la serotonina o la prolactina, relacionadas con la regulación del ciclo del sueño y la percepción del dolor, respectivamente. Esto significa que podemos entrar en un ciclo vicioso, complicado, en el que la falta de sueño incrementa el estrés, y el propio estrés refuerza el insomnio.