Los cálculos renales o piedras en el riñón son bastante frecuentes en la población. Son como una especie de arena que puede crecer hasta el tamaño de una pelota de golf. A medida que las piedras son más grandes, más molestias causa en el paciente. Existen distintos tipos de cálculos, según el material del que se han formado: de calcio, que son los más comunes; de estruvita, que aparecen después de una infección; de ácido úrico, o de cistina que son los menos frecuentes. Esta patología se puede evitar teniendo unos hábitos de vida saludables y siguiendo una dieta adecuada y saludable. En cualquier caso, si las piedras en el riñón ya se han formado, esta es la dieta que conviene seguir.
7PESCADO AZUL
La salud cardiovascular está estrechamente relacionada con la de los riñones, y ambas dependen mucho del tipo y de la calidad de las grasas que ingerimos. De ahí la importancia del aceite de oliva. Los pescados azules son también buenos aliados gracias a su rico contenido en grasas insaturadas que reducen el colesterol malo y mejoran la circulación sanguínea. Sin embargo, como apuntábamos antes, su consumo tiene que ser reducido para controlar la ingesta de proteínas. Una persona con piedras en el riñón no debe sobrepasar los 150 gramos al día de proteína animal.