Dogecoin, considerada una moneda digital meme, se ha convertido en unas de las criptomonedas más especulativas del momento. Las subidas han llegado a alcanzar el 150% desde el cierre de la compra de Twitter por parte de Elon Musk, aunque también ha caído con fuerza desde los máximos históricos.
El Dogecoin se convertirá en una moneda espacial, un medio de pago para el gran sueño de colonizar el planeta Marte
El meme digital ha disparado su capitalización por encima de los 16.000 millones de dólares y supera a Solana y Cardano en el ranking. De hecho, este ascenso le ha hecho entrar entre las diez criptomonedas más valoradas por el mercado. No obstante, no es oro todo lo que reluce. Y es que, antes de la adquisición de Musk el dogecoin tenía cerca de 89 millones de dólares en posiciones cortas, mientras que las liquidaciones de este criptoactivo se han disparado hasta los 27 millones. Es decir, un 92% respecto a la segunda mayor criptomoneda del mundo, el ethereum.
DOGECOIN, EL CRIPTOMEME MÁS ESPECULATIVO
La moneda está ahora de moda debido a la especulación del mercado sobre su posible uso en Twitter. De hecho, Musk se ha propuesto a cobrar hasta 20 dólares por tener el icono de verificado, frente a los 5 actuales. Se trata de una posibilidad, pero en ningún caso se ha oficializado. Al calor de estos persistentes rumores, los criptoinversores se han abalanzado sobre el activo. Se trata de una moneda que cotiza a las órdenes y comentarios del magnate de la tecnología y hombre más rico del mundo, que ha pagado 44.000 millones dólares por la liberar al pajarito azul de Twitter.
Según el dirigente de Tesla, el dogecoin se convertirá en una moneda espacial, un medio de pago para el gran sueño de colonizar el planeta Marte. Según ha asegurado, mantiene todos los dogecoin en cartera, sin que haya vendido alguno de ellos. No obstante, no ha realizado comentario alguno sobre si se podrá utilizar en la red social.
Eso sí, en caso de abrirla a las redes sociales, esta divisa minada podría obtener una mayor liquidez y por tanto un mayor valor para la inversión. Por el momento, ha roto toda tendencia bajista de corto plazo y alcanza niveles no vistos desde mediados de abril, cuando se situó en los 0,15 dólares. En este momento, se sitúa en cotas cercanas a los 0,13, un 11% por encima del pasado jueves y viernes.
DOGECOIN SUPERA A CARDANO Y SOLANA
Con este movimiento, Twitter ha dejado de cotizar en el mercado y podría intentar un regreso en los próximos años. Eso sí, ha dejado atrapados a quienes compraron por encima de 54,2 dólares, último precio marcado por la red social. La gran baza de Musk es el interés por los denominados ‘memecoin‘, de menor capitalización y precios de unos pocos centavos. De hecho, el dogecoin ha llegado este mismo año a cotizar en los 0,05 dólares. Un inversor que hubiera comprado en junio estaría obteniendo una ganancia potencial del 200%.
En el momento de anunciar la compra de Twitter, mediante a una carta, dogecoin se disparó un 8%, hasta alcanzar los 0,0648 dólares, según los datos de CoinGecko. Pero no son las únicas veces que la criptomoneda se ha visto envuelta en una espiral alcista o bajista. Para Musk, la criptomoneda que ayudó a crear es un tesoro único, como así lo expuso en el programa de máxima audiencia Saturday Night en mayo de 2021. Ese año fue uno de los mejores para las criptos. Dogecoin se disparó hasta los 0,72 dólares.
DOGECOIN, PRESA DEL CRIPTOINVIERNO
No obstante, como ocurre con todos los activos, toda subida conlleva una fuerte caída en menor tiempo y más pronunciada. El hundimiento del dogecoin se ha registrado desde el inicio de este año. Hasta los niveles actuales es del 82%, aunque a mínimos el desplome es del 90%. El criptoinvierno hizo mella y los inversores comenzaron a seleccionar únicamente activos digitales fiables a futuro, pero no exentos de un fuerte desplome. Bitcoin, por ejemplo, cae más de un 50% desde el inicio del año.
Dogecoin cotiza en el mercado desde 2013. Es fruto de dos exingenieros de Tesla, Billy Markus y Jackson Palmer, quienes decidieron crear un sistema de pago como una broma. De hecho, se inició como un meme en sí mismo, una burla a un mercado digital en pleno inicio y cuyo objetivo no era alcanzar ni mucho menos los 16.000 millones actuales. De hecho, sus creadores denunciaban la salvaje especulación. Su propia divisa se ha convertido así en fuente de pérdidas cuantiosas y de ganancias exponenciales, sin que haya aún un fin conciso y con un plan definido. Todo es especulativo.
Tal es el apetito de los inversores sobre el dogecoin que sus ganancias cuadruplican las del Ethereum en apenas siete días, mientras que al Bitcoin las multiplica por 20. Todo por posibles escenarios futuros. Todo por un visionario como Elon Musk, cuyo sueño ahora es poder conquistar el espacio y competir de tú a tú con las agencias aeroespaciales públicas y privadas del mundo. Tan sólo el tiempo dirá si este universo paralelo será una realidad en el futuro.