El holding hispano-británico IAG sigue inmerso en el proceso de recuperación tras la pandemia. Sus aerolíneas han vuelto a ser rentables en el tercer trimestre del año, impulsadas por la recuperación del tráfico aéreo, especialmente en los meses de verano.
Desde la compañía que preside Luis Gallego son optimistas respecto a los resultados que obtendrán para el final del ejercicio, llegando a los 1.200 millones de euros de beneficio operativo, pero factores relacionados con el contexto económico y relativos al sector aéreo pueden poner en problemas al grupo en 2023.
EXPERTOS CONSERVADORES
Con la economía encaminándose a una recesión técnica, los expertos son conservadores respecto al comportamiento del sector próximo ejercicio. El alza de los precios del combustible como consecuencia de un petróleo en niveles elevados, y la cada vez más intensa competencia son potenciales amenazas para el grupo aéreo.
En este sentido, la firma de inversión Stifel destaca que aún considera que 2023 será «secuencialmente más difícil», tanto para la matriz de Iberia como para el sector, a medida que la demanda de pasajeros se desvanezca. «Una vez que la demanda acumulada se ‘solucione’, la debilidad del consumidor probablemente se convertirá en un viento en contra más directo«, aseguraron sus analistas.
EL ALZA DEL PETRÓLEO TENSIONA AL SECTOR
Esto, desde la firma, probablemente afectará los precios. Es por ello que considera que pasar los elevados costes del combustible se vuelve «cada vez más desafiante«, particularmente a medida que terminan las coberturas de combustible favorables. En este sentido, IAG ha aumentado la cobertura de combustible desde el 65& hasta el 68%, siendo una de las firmas del sector mejor posicionada en este sentido.
Sin embargo, la cifra aún está lejos de la que registraba en época prepandemia. Stifel destaca que los costes unitarios sin combustible fueron peores en comparación con los niveles de 2019, por lo que sigue siendo cauteloso con respecto a las tendencias de los costes del combustible hasta ahora.
La situación de endeudamiento aleja todavía más el retorno a los dividendos de la compañía, que además tendrá que asumir gastos de inversión en nuevos aviones para renovar el 60% de su flota
«A pesar de los buenos resultados, mantenemos recomendación en Neutral. El sector se ve afectado por la desaceleración de la economía y alza del nivel de precios. A ello se une el elevado precio del petróleo, lo que impacta directamente en las aerolíneas y limita su atractivo«, destacan desde Bankinter.
LA DEUDA SIGUE SIENDO UNA PESADA LOSA
La reducción de su endeudamiento es uno de sus principales retos a los que tendrá que hacer frente, especialmente si se da un entorno de recesión. Y es que, a pesar de contar con una cobertura de divisas natural y un relativo poder de fijación de precios al haber reanudado las rutas atlánticas, la compañía sigue con un nivel de deuda muy elevado.
En el tercer trimestre IAG ha conseguido reducir en 609 millones de euros su pasivo desde el 31 de diciembre de 2021 hasta septiembre, situándolo en 11.058 millones de euros. Sin embargo, el holding de aerolíneas prevé que la deuda neta aumente a finales de año, debido a los patrones estacionales de reservas y a la inversión en inmovilizado relacionada con las entregas de aeronaves en el cuarto trimestre.
«A medida que la crisis del coste de la vida se intensifica en muchos mercados clave, las vacaciones se caerán de la lista de gastos esenciales», DICEN EN IAG
La situación de endeudamiento aleja todavía más el retorno a los dividendos de la compañía, que además tendrá que asumir gastos de inversión en nuevos aviones para renovar el 60% de su flota antes del final de la década.
De momento, la junta de accionistas de la firma ya ha dado el visto bueno a la compra de 87 aeronaves Boeing y Airbus. Y, de igual manera, Iberia tendrá que hacer frente a la compra total de Air Europa, la compañía perteneciente a la familia Hidalgo, a la que han puesto de límite finales del próximo marzo.
COMPETENCIA ES CADA VEZ MÁS INTENSA
Con la inflación aún en niveles elevados, las compañías aéreas están subiendo sus tarifas para repercutir los gastos energéticos en los clientes. Lo que supone que, ante un descenso del consumo por la recesión de la que avisan tanto instituciones como firmas de inversión, los viajeros serán más selectivos a la hora de viajar y también de elegir las aerolíneas con las que hacerlo.
«A medida que la crisis del coste de la vida se intensifica en muchos mercados clave, las vacaciones se caerán de la lista de gastos esenciales, por lo que somos cautelosos con respecto al próximo año«, aseguran desde la firma de inversión Hargreaves Lansdown respecto a los resultados de IAG.
las compañías aéreas de bajo coste son las mejores posicionadas para mantener la fidelidad de sus usuarios
De esta manera, las compañías aéreas de bajo coste son las mejores posicionadas para mantener la fidelidad de sus usuarios, así como arrebatárselos a las firmas tradicionales. Una situación que ya se está dando en algunos de los aeropuertos nacionales e internacionales y de la que Ryanair es la que más beneficiada está saliendo.
Es por ello que la lowcost irlandesa que dirige Michael O’ Leary, no solo ya está incluso por encima de la cifra de pasajeros de 2019 (año prepandemia) en algunos aeropuertos, sino que también está ganando cuota de mercado a medida que sus rivales han ido perdiendo terreno por la difícil situación económica.
En este sentido, según las cifras de los aeropuertos gestionados por Aena, Ryanair aumentó de enero a septiembre su cuota de mercado en un 3,8%. Mientras, Iberia, British Airways y el resto de aerolíneas de bajo coste de IAG perdieron cuota de pasajeros en los aeropuertos gestionados por la compañía española. Asimismo, otras firmas lowcost como easyJet o Jet2 también han incrementado su cuota.