Credit Suisse siembra el pánico en el sistema financiero. El segundo mayor banco de Suiza ha lanzado un plan de recortes y ventas para paliar las abultadas pérdidas registradas en el tercer trimestre, pero el mercado desconfía por completo, al menos por ahora. Y es que, ha borrado en Bolsa cerca de 15.100 millones de francos suizos, unos 15.265 millones de euros, desde los máximos de enero. La caída desde el inicio del año alcanza el 57%, mientras que desde máximos supera el 60%. La capitalización del banco ha pasado de los más de 25.000 millones a poco más de 10.200 millones de francos suizos en apenas diez meses.
Credit Suisse sólo esto sólo es la punta del iceberg y que la inestabilidad en el mercado podría traer alguna quiebra bancaria
El temor del mercado es que Credit Suisse se haya convertido en un zoombie, un banco de inversión a la deriva y corra el riesgo de acabar como Lehman Brothers tras sus 166 años de historia. Las alertas sobre esta entidad financiera se dispararon en agosto, cuando los Credit Default Swaps (CDS) se habían disparado casi un 250% en el año debido a este temor, ahora confirmado tras la crítica situación en la que se encuentra. A principios de este mes, la entidad financiera helvética volvía a poner en guardia a los inversores por sus desplomes en Bolsa y nuevos rumores, ahora confirmados en los resultados de este tercer trimestre y que dio a conocer este jueves.
LA ÚNICA SALIDA DE CREDIT SUISSE ES UNA FUSIÓN CON UBS
El mercado apuesta por una fusión entre los grandes bancos suizos. «La situación de Credit Suisse no es positiva, puesto que existen rumores de posible insolvencia y de que la única salida sería una fusión entre grandes bancos, es decir, con UBS», según ha apuntado Diego Morín, analista de IG Markets, a preguntas de INVERSIÓN.
La entidad financiera ha perdido el rumbo por completo en los últimos años debido precisamente a la banca de inversión, el mismo problema que llevó a la quiebra a Lehman Brothers, entonces el cuarto mayor banco de inversión, en septiembre de 2007. La Reserva Federal y el resto de entidades financieras decidieron dejarla caer y se repartieron los restos.
El segundo banco suizo ha pasado por tres consejeros delegados en apenas un año. El colapso de Archegos fue el detonante de todo, con unas pérdidas de más de 5.000 millones de dólares, un montante similar en euros, y con una exposición de 20.000 millones con este fondos. A este escándalo se suma el de Greensill el pasado año.
Los números rojos eran superiores a las pérdidas provisionadas en abril del pasado año, cuando guardó unos 4.000 millones de euros por la implosión de Archegos. Credit Suisse actuaba como su bróker y financiera. El grave error del fondo fue la inversión en medios y las entidades bancarias tuvieron que ejecutar las garantías sobre los préstamos. La mayoría de estas garantías fueron respaldadas por acciones e incurrió en pérdidas.
EL PROBLEMA DE LA EXPOSICIÓN DE CREDIT SUISSE
Según ha asegurado Morín, no es el único problema al que se enfrenta Credit Suisse. «Veo un gran problema de exposición, superando los 2,8 billones de dólares en gestión de activos, por lo que supera con creces lo que gestionaba en su caída Lehman Brothers», ha sostenido. En el momento de la quiebra, Lehman Brothers tenía bajo gestión unos 600.000 millones de dólares. En este sentido, ha destacado que el montante es el quíntuple y el impacto en el sector financiero «sería muy elevado».
Cabe recordar que hace una década los bancos centrales aseguraron que no iban a consentir entidades demasiado grandes como para caer y que en su caso serían los accionistas y bonistas quienes corrieran con las pérdidas. Sin embargo, un colapso de Credit Suisse convertiría a la crisis de 2008 en un juego de niños.
En su rendición de cuentas, Axel P. Lehmann, presidente de la entidad, ha remarcado hasta en cuatro ocasiones el anuncio de un cambio «radical», una reestructuración que conlleva el despido de 9.000 empleados hasta 2025 y una ampliación de capital de 4.000 millones de francos suizos, de los que el Banco Nacional de Arabia Saudí se ha comprometido a cubrir 1.500 millones. El rescate está en marcha, pero el partido está llegando a sus instantes finales. Todo ello tras perder 5.900 millones de francos suizos, unos 5.946 millones de euros, entre enero y septiembre. En el mismo periodo del año anterior obtuvo 434 millones de francos, unos 437 millones de euros al cambio actual.
CREDIT SUISSE, ABULTADAS PÉRDIDAS CON ANUNCIOS QUE DESATAN LAS VENTAS
¿Llegará a tiempo? El mercado apunta a un no rotundo, con una respuesta contundente: caída del 18% en una sola jornada. Y es que, las ventas anunciadas y la reestructuración de su departamento de inversión. El banco busca la simplificación con el foco puesto en la banca comercial tras años a la deriva de esta sección. Sin embargo, desprenderse de la misma va a costar debido a la alta exposición a productos complejos y destinados a un mercado tan especulador como peligroso: los derivados.
Para Morín, Credit Suisse «intenta salvar el partido sobre la bocina, desprendiéndose de secciones para intentar calmar las aguas turbulentas en las que se mueve el banco suizo». En este sentido, cree que el segundo mayor banco de Suiza es «una piedra en el camino para el Banco Nacional de Suiza y para el Banco Central Europeo (BCE), puesto que una quiebra haría saltar todo por los aires». El objetivo de Lehmann es volver a ser rentables en dos años. «Veremos si no existen sustos antes de dicha fecha, para 2024», ha comentado el experto.
La quiebra de Credit Suisse «provocaría un caos en el sector financiero, puesto que entraría el efecto dominó y generaría un pánico absoluto para Europa y Suiza». Bajo mi punto de vista, la situación de esta entidad financiera es «sólo esto sólo es la punta del iceberg y que la inestabilidad en el mercado podría traer alguna quiebra bancaria, lo que generaría el colapso del sistema financiero».