Hace más de dos años, el 21 de julio de 2020, Sánchez era recibido entre aplausos de los miembros del gabinete, y de “su legión de asesores”, a su llegada al Consejo de Ministros tras haber conseguido para España 140.000 millones de euros del mecanismo europeo de recuperación y resiliencia.
Según el gobierno estos fondos, conseguidos “gracias” a las gestiones de Pedro Sánchez, y el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de la Economía Española permitirían a España «crecer de una nueva manera, sobre unos pilares mucho más robustos».
Nada más lejos de la realidad.
AL BORDE DE LA RECESIÓN
No recodaré como varios importantes y solventes organismos de estudios han avanzado que nuestra economía está al borde de la recesión ni volveré a detenerme en como el Real Decreto 36/2020 para la ejecución de los fondos es una puerta abierta al clientelismo y al despilfarro, como algunos denunciamos en el momento de su aprobación,ni en que hasta la comisión europea ha constatado recientemente que los fondos no están llegando a las empresas españolas, a la economía real.
Hoy quiero centrarme en los Perte, Proyectos Estratégicos para la Recuperación y Transformación Económica. El gobierno ha anunciado 11 Perte: el del vehículo eléctrico y conectado (PERTE VEC), aeroespacial, microelectrónica y semiconductores, entre otros.
El primero que se ha “ejecutado” es el Perte VEC que, según prometió el gobierno, tendría una aportación pública de 4.295 millones de euros y generaría una inversión privada de 19.714 millones de euros.
el Gobierno ha concedido 880 millones de euros, un 30% del Perte, dejando sin ejecutar el 70%
Si observamos atentamente las medidas incluidas en el Perte, se integran ayudas ya existentes como los planes MOVES para incentivar la compra de vehículos eléctricos y la instalación de puntos de recarga o el despliego de la red 5G, por lo que, al Perte propiamente dicho se destinan por parte del gobierno de España, 2.975 millones de euros.
Pues bien, el Gobierno ha concedido 880 millones de euros, un 30% del Perte, dejando sin ejecutar el 70% y dejando fuera de dicha financiación, o no otorgando todos los recursos solicitados para llevar a buen término los proyectos, a grupos tan importantes del sector del automóvil como Ford, Renault, Stellantis o Seat Volkswagen.Una baja ejecución que pone en peligro, por ejemplo, la inversión de 3.000 millones de euros en la fábrica de batería de Sagunto (Valencia) anunciada por el Grupo Volkswagen.
Además, este Perte solo ha movilizado el 20% de la inversión privada prevista, 2.250 millones de euros.
el Gobierno se ha apresurado a indicar que lanzará otro Perte
Ante este fiasco, el Gobierno se ha apresurado a indicar que lanzará otro Perte, en lo que parece una mera repetición de la misma convocatoria que tan “positivos”- nótese la ironía- resultados ha dado, para intentar recuperar proyectos no admitidos y a traspasar a las CCAA la responsabilidad de su fracaso puesto que les pide que pongan en marcha subvenciones para este sector.
Con más de 2.000 millones de euros sin ejecutar el gobierno debe asumir su responsabilidad y revisar el modelo y la convocatoria concreta de este Perte abriendo la posibilidad de que las ayudas vayan más allá de los coches eléctricos puros porque la transición energética ¿sólo se logra con coches eléctricos? ¿por qué no con coches híbridos?
Debería redefinir este Perte con sentido de estado y, esta vez sí, con una estrategia clara, no sólo acumulando ayudas existentes a las que se dobla o triplica el presupuesto, y escuchando a los sectores implicados y a las comunidades autónomas porque si no corremos el riesgo de que el fracaso se repita en los otros 10 Perte y que España pierda el tren de la industria de los semiconductores o de la industria aeroespacial, el tren del futuro.
Antonio González Terol, diputado del Partido Popular (PP)