Los buñuelos de viento son una de las recetas más tradicionales en España. Es un dulce clásico para la celebración del día de Todos los Santos, el 1 de noviembre, aunque desde luego es un delicioso bocado que se puede disfrutar en cualquier época del año. Se llaman ‘de viento’ porque al cocinarse se hinchan al doble de su tamaño, como si fuese un globo, quedando huecos por dentro. Por lo tanto, conseguir este efecto es la clave para que los buñuelos queden perfectos, y para ello hay que seguir al pie de la letra una serie de trucos.
6EL TRUCO PARA DARLES FORMA
Freír los buñuelos de viento es la parte más delicada de la receta, porque la masa es bastante blanda y puede ser complicado darles forma. Un buen truco es untar las cucharas que usamos para redondearlas con un poco de aceite para que la masa no se pegue. Se puede verter un poco de aceite en un vasito e ir remojando las cucharas entre buñuelo y buñuelo, así será más fácil moldearlos y quedarán perfectos. Como decíamos, es fundamental comer este dulce recién hecho, igual que ocurre con los churros. Se pueden acompañar de un café con leche, una taza de chocolate o una copita de moscatel.