Llamadas a deshoras y los falsos comerciales son las principales reclamaciones de los usuarios cuando se quejan a las operadoras, como es el caso de Jazztel. No obstante, con Jazztel se puede cruzar una línea roja cuando se entrega el número de un moroso a un nuevo cliente. Aquí comienza una pesadilla para el particular, que sin saber cómo su número se encuentra en la lista negra de una persistente empresa de cobros de deuda.
La víctima no descarta emprender acciones judiciales contra la empresa de cobros al tener su número en sus listas negras
Esto le ha sucedido a David (nombre ficticio), un trabajador autónomo que pidió a Jazztel una nueva línea para atender exclusivamente a sus clientes. De hecho, su número no se ha introducido en ninguna página ni encuestadora. Jazztel se lo facilitó, como hizo con su primer número, para incrementar, además sus ingresos.
La obtención de esta segunda línea, sin embargo, deparó en una llamadas agresivas por parte de una empresa de gestión de deudas de morosos, con amenazas y mala educación, tal y como se pueden comprobar en algunas llamadas grabadas por este autónomo. Todo fue como la seda durante el primer mes, el número no estaba, en teoría, registrado en ninguna lista comercial y Jazztel le aseguró que era nuevo.
UN NÚMERO DE UN CLIENTE MOROSO, LA PESADILLA DE UN AUTÓNOMO
No obstante, a los dos meses de tener el nuevo número, utilizado únicamente para atender llamadas de teléfono profesionales, comenzaron a sucederse las llamadas de una empresa dedicada a cobros de deuda. El usuario explicó que el número pertenece a un autónomo desde hace un mes, que él no se llama Juan, como le aseguraban reiteradamente desde el otro lado de la línea, y que no tenía ningún tipo de deuda pendiente ni con empresas ni con particulares. Amablemente pidió a dicha empresa que corrigieran la situación a la compañía desde ese momento y sin más colgó el teléfono.
Tras varios días sin saber nada de la empresa de cobros de deuda, ésta compañía volvió a marcar el número de David. El consumidor, desconcertado, insistió en que no se llama Joaquín, que no tiene deudas con nadie y que la situación es incorrecta. Desde la empresa le explicaron que este número pertenece a ese desconocido y daba (y sigue dando) por hecho que él es un moroso al que reclaman una deuda.
«Preguntaba por Joaquín, ¿es usted algún familiar?», señalaba la voz que asegura ser una tal Laura y que pertenece a un «despacho de abogados». «Joaquín ha dejado este número de contacto…», insiste la voz. «No sé cómo deciros las cosas», responde tajante David. «Aquí no hay ningún Joaquín ni familiar de él», le señala.
Laura, por su parte, no se da por vencida: «Si bueno, pero es que nos ha dejado este número… Le estoy preguntando simplemente por una persona». David vuelve a responderle: «A mí, como si me dejan en la empresa el número de usted y yo le llamo preguntando por otra persona…». Laura afirma que si se tratara de un «error» se anotaría; «no es muy complicado», apostilla. David se reafirma y le informa del error, pero su interlocutora hace como el que oye llover. De hecho, esta llamada se grabó en septiembre, y este mismo martes volvió a recibir otra más.
ATENCIÓN AL CLIENTE DE JAZZTEL, SIN RESPUESTA
David se puso en contacto con el departamento de atención al cliente de Jazztel tras recibir más de 20 llamadas de estos cobradores del frac por teléfono. Dejó sin responder varias de ellas para evitar perder energía y tiempo en su tiempo de trabajo. Desde la operadora le aseguraron que se pondrían manos a la obra para intentar retirar el número de esta siniestra lista. Buenas palabras, pero sin efecto alguno.
El autónomo ha cogido un total de ocho llamadas de esta empresa en los últimos meses, según consta en el teléfono móvil. Todas ellas las ha podido grabar. La mayoría se ha producido en horario comercial, aunque alguna antes de las 16.00 horas de la tarde y en otras por la noche. La mayoría de ellas ha acabado con tensión con la interlocutora debido a la molestia innecesaria a la que se está viendo sometido. Desde la empresa se niegan en todo momento a tratar el asunto como un descuido, la voracidad y agresividad mostrada así lo consta en las llamadas que ha podido grabar.
La última de ellas, este mismo martes, ha hecho estallar a David, quien se ha puesto en contacto con la Agencia Española de Protección de Datos para tratar de zanjar el asunto de una vez por todas. Sin embargo, la ley protege también a este tipo de empresas, pese al error y atropello a un particular que está llevando a cabo.
Desde la Agencia Española de Protección de Datos le han recomendado mandar una fotocopia del DNI, una factura correspondiente, en el que se pueda ver identificado tanto el nombre como el número de teléfono y enviarlo la empresa. Es decir, la víctima de este embrollo debe dar sus datos personales a una empresa de morosos para demostrar que están equivocados.
PROTECCIÓN DE DATOS EMPLAZA A ENTREGAR EL DNI Y UNA FACTURA AL COBRADOR
Preguntados sobre si no sería la propia empresa quien debería demostrar que el titular de ese número es del tal Joaquín, la Agencia de Protección de Datos advierten que la ley no lo dispone de esta forma. Ante tal desprotección, el usuario «no descarta emprender acciones judiciales contra la empresa de cobros al tener en sus listas negras» su número de teléfono; nueve cifras que no corresponden con las exigencias de estos cobradores de deuda e incluso también sopesa denunciar a la operadora Jazztel por no advertirle que el número facilitado es de un supuesto moroso.
Desde la entidad pública, han indicado que si en el plazo de un mes desde la entrega de la documentación a la empresa de morosos, ésta continúa llamando, la firma podría exponerse entonces a sanciones. Asimismo, han considerado que es la opción «más rápida» para cortar estas llamadas es entregar los datos personales a quienes le reclaman supuestamente esta deuda.