Los últimos meses han representado un cambio importante en cómo se comprende la sanidad en España. El debate alrededor de la Ley de Equidad, universalidad y cohesión, conocida como ‘Ley Darias’, ha sacado a la palestra el tema sobre la colaboración entre la sanidad privada y la pública, pero se ha dejado de lado un asunto importante: los autónomos que alimentan las filas de la sanidad privada.
Según datos de la Unión Médica Profesional (UNIPROMEL), los autónomos representan un 95% de los profesionales que ejercen dentro de la sanidad privada están dados de alta como autónomos. Es una cifra llamativa, en especial dado que los consultorios independientes se han vuelto una rareza, pero según explican desde la institución, los médicos autónomos se han vuelto dependientes de las aseguradoras.
LOS AUTÓNOMOS DE LA SALUD PIDEN MEJORES CONDICIONES
UNIPROMEL, junto con otras 13 organizaciones que incluyen a la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), Asociación Española de Urología (AEU), Sociedad Española de Cirugía Oral y Maxilofacial y de Cabeza y Cuello (SECOM CyC) y la Sociedad Española de Neurología (SEN), ha firmado un manifiesto donde denuncian una larga lista de problemas que los autónomos enfrentan en el sector privado.
El punto principal del documento es la congelación del precio de las consultas por parte de las aseguradoras. Según explica el «Manifiesto dignifica», los precios de una consulta están congelados desde hace al menos 30 años. Esto deja a los médicos privados recibiendo apenas entre 7 y 15 euros por consulta.
En el mismo texto aseguran que es la misma situación con otras actividades como las intervenciones quirúrgicas, cuyas cuotas están muy por debajo de lo estimado en la sanidad pública.
Es una situación que denuncian como insostenible. Según el mismo manifiesto, la falta de condiciones para los autónomos influye en el servicio, empeorando la experiencia de los pacientes. Es una situación que, según explican, puede causar a largo plazo problemas de salud, además de alargar las listas de espera del sector, que en ciudades como Madrid es ya insostenible.
Estos precios «conllevan a una merma de la calidad asistencial, la sobrecarga laboral, el aumento de los tiempos de demora y la frustración de miles de sanitarios que no pueden brindar la mejor atención posible a sus pacientes. La baja calidad lleva a una peor Medicina y aumenta los riesgos para las personas que la reciben. El médico no puede trabajar ajeno a las últimas innovaciones de su especialidad ni practicar una medicina que no sea la más avanzada para las personas enfermas», se lee en el documento.
PROBLEMAS DE EMPLEO EN LA SANIDAD PRIVADA
Lo cierto es que esta situación no ha hecho sino empeorar los problemas de empleo en el sector. Según datos del Ministerio de Seguridad Social, aunque ha crecido el número de autónomos trabajando en la salud, los meses del verano marcaron bajones de dos y tres puntos en cuanto a las afiliaciones de autónomos en la salud.
«El médico no puede trabajar ajeno a las últimas innovaciones de su especialidad ni practicar una medicina que no sea la más avanzada para las personas enfermas»
Pero no son solo los autónomos, en total el sector salud perdió más de once mil profesionales, de momento eso deja algo más de 1.800 millones de empleos, lo que es más que el 2021, pero menos que antes de la pandemia. Es un frenazo que preocupa en la crisis actual, cuando la esperada recesión puede empeorar en general los números de nuevos puestos de trabajo en todo el país.
Es un problema que exige una mejora clara de las condiciones de los autónomos para cubrir estas carencias. Es un tema que el sector privado debería tener en cuenta antes de la aprobación de la «Ley Darias», que cada vez parece más inevitable desde el congreso de los diputados. Más allá del efecto que tendrá directamente en sus ingresos, las empresas de la sanidad privada ya han visto cómo en ciudades como Madrid sus listas de espera se vuelven tan largas como las del sistema de salud pública.
UNIPREL SE PREPARA PARA UN FIN DE AÑO CONFLICTIVO
Ya en el mes de julio desde la organización se informaba que el fin de año podía ser complicado, de no resolverse la situación. Ya han adelanto una de sus tácticas, el informar a los pacientes de que en ocasiones solo reciben 7 euros por esa consulta. Además, han asegurado que si lo que reciben de parte de los seguros no es suficiente, tendrían que empezar a exigirle a los pacientes el copago de la consulta.
Por ahora, esperan presentar una hoja de trabajo a las compañías aseguradoras para reevaluar el cobro por consulta de los autónomos. Pero además esperan que aumente el número de profesionales directamente contratados por las empresas de sanidad privada.
Es una apuesta valiente en cuanto a solicitudes. Si la nueva ley se traduce de verdad en el final de los conciertos y copagos entre la sanidad pública y la privada, podría ser más difícil asumir los contratos, pero lo cierto es que la situación económica de los autónomos en la sanidad no parece ser sostenible a mediano plazo.