Es una de las recetas más queridas, y se pueden hacer de mil sabores. Las croquetas se han aupado a una posición muy elevada dentro de los platos favoritos, junto con la paella o la tortilla de patatas. En cambio, esta maravilla de bechamel no es nada fácil de hacer si se quiere conseguir la perfección.
A veces se abren al freírlas y derraman su contenido, quedando secas, otras veces quedan demasiado compactas y con una textura desagradable, las hay que tienen un desagradable sabor a harina cruda, o que carecen de sabor… Todo eso se puede corregir siguiendo algunos trucos para que queden perfectas.
5El rebozado
El rebozado es otro de los puntos críticos para que la croqueta quede crujiente por fuera y cremosa por dentro. Para hacer tus croquetas perfectas, puedes pasar las croquetas por huevo y luego por pan rallado, o también hay quien prefiere pasarlas primero por harina, luego por huevo y finalmente por pan rallado. Esta segunda forma hace que tengan una corteza más gruesa y crujiente.
Es importante que evites tocarlas con las manos húmedas, o el rebozado podría estropearse. Usa un tenedor o cuchara para poder pasar las croquetas por el huevo y el pan sin tener que meter las manos y humedecerlas.
Para posarlas en un plato, o bandeja, donde las vas a dejar antes de freírlas, espolvorea algo de pan rallado en la base del recipiente antes de colocarlas. Eso evitará que queden pegadas y se estropee el rebozado al intentar despegarlas.
Además, algunos expertos también aconsejan dejar reposar unos instantes en la nevera. Ese frío ayudará a que no se rompan durante la fritura.