Es una de las recetas más queridas, y se pueden hacer de mil sabores. Las croquetas se han aupado a una posición muy elevada dentro de los platos favoritos, junto con la paella o la tortilla de patatas. En cambio, esta maravilla de bechamel no es nada fácil de hacer si se quiere conseguir la perfección.
A veces se abren al freírlas y derraman su contenido, quedando secas, otras veces quedan demasiado compactas y con una textura desagradable, las hay que tienen un desagradable sabor a harina cruda, o que carecen de sabor… Todo eso se puede corregir siguiendo algunos trucos para que queden perfectas.
3Reposo de la masa para croquetas
Algunos terminan la bechamel y se ponen a formar las croquetas directamente, sin dejar reposar. Pero eso es un gran error que deberías evitar si quieres un resultado perfecto.
Cuando has terminado la cocción de la bechamel, vierte la masa en un recipiente amplio, como un plato o una fuente. Debe tener algo más de un centímetro de grosor.
Lo ideal es dejar la masa de un día para otro mientras reposa (si tienes más prisa, déjalas al menos 3 horas). Puedes cubrirlas con un papel film para evitar que se forme una costra desagradable en la bechamel, y puedes introducir la masa en la nevera sin problema.