Es una de las recetas más queridas, y se pueden hacer de mil sabores. Las croquetas se han aupado a una posición muy elevada dentro de los platos favoritos, junto con la paella o la tortilla de patatas. En cambio, esta maravilla de bechamel no es nada fácil de hacer si se quiere conseguir la perfección.
A veces se abren al freírlas y derraman su contenido, quedando secas, otras veces quedan demasiado compactas y con una textura desagradable, las hay que tienen un desagradable sabor a harina cruda, o que carecen de sabor… Todo eso se puede corregir siguiendo algunos trucos para que queden perfectas.