Tras tres años en problemas y preconcurso de acreedores, Barcelona Project’s, la gestora del hotel Fairmont Rey Juan Carlos I de Barcelona, ha estrenado la nueva ley concursal con una deuda de 160 millones de euros. La compañía gestora no ha logrado desbloquear el veto del Ayuntamiento de Barcelona sobre los terrenos municipales para alargar la concesión sobre su uso hotelero otros 50 años.
La intención es superar este estadio crítico para salvar los más de 400 empleos
Barcelona Project’s pertenece a la familia del fallecido príncipe saudita, Turki Ben Nasser Abdul Aziz Al Saud, y ha intentado desprenderse del establecimiento desde el 2014. La operación estuvo a punto de cerrarse con el fondo Apollo, pero la incertidumbre sobre la prórroga y el concurso de esos terrenos, cuya explotación expira en 2040, la frustraron. La concesión de los terrenos se concedió en 1992, con la inauguración de los Juegos Olímpicos, y ahora tan sólo le quedan 20 años.
LA PANDEMIA, LA PUNTILLA A LOS DUEÑOS SAUDITAS DEL REY JUAN CARLOS I
La pandemia dio así la puntilla al hotel, si bien ha logrado abrir desde la proclamación del estado de alarma y el confinamiento y tratar operar con normalidad. La propiedad logró colocar deuda por 70 millones de euros y con graves tensiones de tesorería. El pasado mes de marzo, el hotel entró en preconcurso de acreedores y se trató de nuevo de vender la compañía.
Sin embargo, pese a que la situación ha empeorado desde marzo de este 2022, la compañía ha encontrado la esperanza en la nueva ley concursal, según ha adelantado La Vanguardia, que ha entrado en vigor el pasado lunes, para proponer un plan de pagos a la banca acreedora. La intención es superar este estadio crítico para salvar los más de 400 empleos. Pero para ello, la gestora trata de negociar sin éxito el alargamiento de los terrenos municipales donde se asienta el hotel para continuar el negocio. La negativa del Consistorio gobernado por Ada Colau y Jaume Collboni pesa a la hora de obtener financiación y un posible inversor interesado.
En 2021, los propietarios sauditas del hotel firmaron un protocolo de intenciones con el Ayuntamiento para tratar de convocar el concurso de la concesión de los terrenos de uso hotelero hasta el 2090, 50 años más.
COLAU Y COLLBONI CORTAN EL NEGOCIO DEL HOTEL DE LUJO
No obstante, Colau y Collboni rechazaron la pretensión, siguiendo así los pasos de la moratoria hotelera de 2015. La caída del turismo, que aún no se ha recuperado en Barcelona, junto con la cancelación de eventos y congresos debido a la crisis sanitaria, han hecho también mella a la hora de encontrar un posible comprador.
Para esta concesión, el histórico y emblemático establecimiento tenía que preservar el empleo de toda la plantilla, entonces en ERTE debido a la falta de actividad turística durante el pasado año. El verano del pasado año logró colocar 70 millones de su deuda entre inversores internacionales para tratar de desbloquear la venta. Otra de las condiciones impuestas por el Ayuntamiento se centraba en un pacto entre los acreedores.
Además, el protocolo instaba a los actuales propietarios a renunciar a la explotación del hotel, pese a tener el derecho de hacerlo hasta 2040. De esta forma, se sacaría a concurso el tiempo que restara a la concesión, unos 20 años, y los otros 50, adjudicándose ambos a una única entidad. De esta forma, se daban casi 70 años para amortizar la inversión. Para ello, el Consistorio cobraría un canon de explotación, mientras que la gestora del hotel cobraría una indemnización por el tiempo restante.
FAIRMONT LOGRÓ LA LUZ VERDE DE COLAU PARA LA REFORMA EN 2016
Según publicó Crónica Global, el hotel no ha dado más que números rojos en la mayoría de ejercicios que lleva abierto. Tan sólo en tres ha presentado ganancias y las pérdidas acumuladas alcanzaban los 120 millones de euros.
La situación actual dista mucho de la de 2016, cuando el propio Ayuntamiento avaló la reforma del Fairmont Rey Juan Carlos I en plena polémica por el veto a las nuevas plazas hoteleras. El cinco estrellas fue la excepción en esta guerra contra el turismo. El hotel llevó a cabo una inversión de 46 millones de euros para reformar el espacio.
En concreto, el Palacio de Congresos y el complejo, con espacio para más de 3.000 asistentes y casi 400 habitaciones. La ubicación privilegiada, justo en la entrada de Barcelona por la Diagonal y unos 25.000 metros cuadrados hacían del hotel un espacio único en la ciudad, más también por su cercanía al aeropuerto y el club de polo. Todo ello, en un momento en el que el turismo abrazada Barcelona.
Para la reforma, Fairmont aportó los 20 primeros millones, mientras que los herederos del príncipe saudita asumieron el coste total. Bankinter entregó un crédito a 12 años referenciado al Euríbor junto con un interés del 0,325%, una deuda que se encarecerá ahora con la subida de los tipos de interés, más cuando el índice más utilizado para los préstamos ronda ya el 2,5%.