Son uno de esos temas de la economía de los trabajadores por cuenta ajena y autónomos que más ocupa y preocupa. Es motivo de dudas y también de quejas por las excesivas retenciones que se dan. Al menos en el caso de los sueldos más bajos desearías que te retuvieran lo menos posible y tener más a fin de mes. Vivimos una época donde hay que rascar de donde sea pero muchos piensan que hay muchos órdenes de donde no se puede, y uno de ellos es el IRPF.
Pues has de saber que, como pasa en fiscalidad, hay formas de que el propio sistema te da para pagar menos, acorde a la ley. Luego tú decides si te compensa o no, como en este caso, a la hora de la Declaración de la Renta.
2LO QUE PAGAMOS CON ÉL
Antes, que sepas que el IRPF es un impuesto básico y digamos inevitable, porque es algo ineludible, ya que te lo descuentan de tu nómina, hagas la Declaración o no. De ahí que los que eluden (concepto con mala prensa pero legal) acaben por dejar de ser personas físicas y pasen a jurídicas, con todas las ventajas que conlleva y que darían para muchos artículos. En definitiva, es un impuesto que que pagas si o si al realizar una actividad profesional pero también prestaciones, subvenciones, rendimientos de productos financieros e incluso herencias, entre otras cosas. En resumen, cualquier ingreso obtenido.