Cómo hacer unas croquetas de queso más ricas que las de jamón

De jamón, de cocido, de setas… las croquetas se pueden hacer de prácticamente todo lo que se nos ocurra, incluso dulces. Pero en esta ocasión te traemos una receta con la que vas a sorprender y conquistar a tus comensales: croquetas de queso. Cada bocado de uno de estos pequeños manjares sabe a gloria, y lo mejor es que puedes crear diferentes variedades si utilizas varios tipos de queso para elaborarlas. Veamos paso a paso cómo se hacen. Una receta francesa que es muy española La palabra croqueta procede del francés “croquer”, que significa crujir. Los primeros documentos escritos que hacen referencia a este documento son la de la Francia del siglo XVII. Unas recetas rellenas de crema de queso, mollejas y trufa. En España pronto acogimos este plato y lo adaptamos a nuestros gustos. De hecho, se ha convertido en el plato de aprovechamiento por excelencia, porque muchas veces las hacemos con las sobras de otros platos. Croquetas de queso Aunque el relleno puede ser muy variado, en esta ocasión vamos a probar con el queso, que hará que sea todavía más cremoso. Eso sí, debes tener cuidado con las proporciones, porque no todos los quesos se funden igual. Cuando las hagas por primera vez con un tipo de queso, mejor que te quedes corto antes de pasarte. Si pones demasiado, el resultado puede quedar demasiado líquido (si es un queso muy fundente), o muy espeso. Ingredientes para hacer estas croquetas Necesitamos 300 ml de leche entera, 50 gramos de harina de trigo, 35 gramos de mantequilla, 50 gramos de Roquefort u otro queso que te guste. Recuerda no poner demasiado queso o la consistencia podría no ser la que deseas. También hace falta un huevo, sal y pimienta negra, pan rallado, y un aceite suave para freír, puede ser de oliva o de girasol. Preparación de la bechamel En una sartén calentamos la mantequilla y cuando se haya derretido incorporamos la harina. Removemos bien con ayuda de unas varillas hasta que ambos ingredientes se integren y tengamos una pasta. Sin dejar de remover en ningún momento cocinamos la harina a fuego medio durante un par de minutos. Después, vamos incorporando la leche poco a poco y seguimos removiendo para que no se formen grumos. Segundo paso para la bechamel de las croquetas de queso Cuando hayamos añadido toda la leche, salpimentamos al gusto y continuamos cocinando la salsa siempre a fuego medio durante cinco minutos, como en los casos anteriores, sin parar de remover. Luego añadimos el queso desmigado y continuamos removiendo hasta que veamos que se ha derretido y se ha incorporado en la crema. Ahora apagamos el fuego, retiramos la sartén o cazuela y dejamos que la mezcla se temple. Incorporamos el huevo Dejamos reposar la bechamel unos cinco o diez minutos y luego incorporamos el huevo y lo mezclamos bien para conseguir que se integre la salsa. De nuevo, nos llevamos la sartén o cazuela al fuego. Dejamos cocinar a temperatura media baja unos minutos. Queremos que el huevo se cocine, pero no que se cueza. Pasados unos minutos, retiramos y ponemos la mezcla en una fuente para dejarla enfriar. El reposo de la masa de las croquetas de queso Cuando la masa se haya enfriado, la tapamos con film transparente y la guardamos en la nevera unas cuantas horas. No obstante, obtendrás mejores resultados si la dejas en la nevera de un día para otro. Porque necesitamos que la masa se solidifique, que adquiera una textura adecuada para poder trabajar con ella y elaborar las croquetas sin temor a que se nos rompan a las primeras de cambio. Preparación de las croquetas Con la masa ya lista, coloca tres platos con: harina, un huevo batido y pan rallado. Ahora empieza a coger trozos de masa y trabaja la forma de la croqueta. Puedes hacerlas alargadas al estilo tradicional, o incluso redondas. Pasa la croqueta por harina, por huevo y por pan rallado (en este mismo orden) y luego frielas en abundante aceite. Aunque se cocina a fuego fuerte, presta atención para que no se quemen. Cuando estén listas, déjalas reposar en papel absorbente para que pierdan el exceso de aceite. Sirvelas recién hechas Una vez que tengas listas tus croquetas de queso, lo mejor es que las sirvas en la mesa inmediatamente, porque cuando más se disfrutan es cuando están calentitas. Eso sí, recuerda advertir a los comensales que corren el riesgo de quemarse, así que tendrán que soplar si no quieren que el relleno les abrase la boca. ¿Y si sobran croquetas? Si ves que has hecho croquetas de más, después de pasarlas por harina, huevo y pan rallado, lo que puedes hacer es congelarlas. Así, cuando las necesites, las tendrás listas y solo tendrás que freírlas. Para la congelación, colócalas en una bolsa de congelados y metelas en el congelador apoyando la bolsa sobre una tabla en posición horizontal. Deja transcurrir una hora y ya puedes retirar la tabla y guardar la bolsa con normalidad, ya no se romperán.

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Croquetas de queso

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