Hay dos tipos de personas en el mundo: las que prefieren los sabores dulces y las que prefieren los salados. El sentido del gusto es tan importante como todos los demás, ya que nos permite diferenciar los diferentes sabores de los alimentos: dulce, salado, amargo, ácido y umami. Esto, además de ayudarnos a reconocer alimentos aptos o no, también contribuye a que el hecho de alimentarnos nos resulte placentero.
3¿QUÉ COMISTE ANTES DE BEBÉ?
La educación en la infancia también marca nuestras inclinaciones. Las primeras comidas que tomamos de niños son muy importantes y marcan el vínculo emocional que vamos a desarrollar después con ciertos alimentos. Si de pequeños nos premiaban después del médico con un bollo o una piruleta, tendremos tendencia a recurrir al dulce como recompensa. Si, por el contrario, nos daban una bolsa de patatas, los alimentos salados serán los que nos calmen la ansiedad.
