Con la llegada del otoño llegan también los días frescos, y con ellos uno de los gastos que más miedo dan: la calefacción. Es una factura que intentamos mantener a raya durante los meses fríos intentando aplicar todo tipo de trucos. Sin embargo, es algo que podemos hacer sin tener que estar en casa con el abrigo puesto. Conseguir una temperatura adecuada en casa, es un verdadero lujo y es un factor fundamental para conseguir ese ambiente de bienestar que buscamos en un hogar.
3UN GRADO MÁS, O UN GRADO MENOS
Aunque parezca insignificante, cada grado que subamos en el termostato, incrementan la factura. De hecho, bajar un solo grado puede suponer entre un 7 y un 11% de energía. Según la OCU, la temperatura ideal de confort térmico en invierno se sitúa en honor a los 20º C, sin embargo, si se va a quedar encendida por la noche o mientras estamos ausentes, solo con bajarla a 16º C podemos reducir hasta un 24% del consumo. Usar un termostato programable puede ser una buena opción para configurar distintas opciones según la hora del día.