viernes, 22 noviembre 2024

La entrada al cine no sigue el ritmo de la inflación

Ir al cine es uno de los grandes pasatiempos españoles. A pesar de la pandemia, y una cartelera reducida este año, las salas poco a poco parecen recuperarse, y tienen una herramienta importante para ello: sus precios no han subido demasiado en los últimos años. 

Mientras que la inflación española se calcula ya en 10,5%  interanual, los cines apenas han aumentado un un euro en promedio desde 2019. A diferencia de otras actividades como la música en vivo, o directamente el precio de tomarse una cerveza, el precio de una entrada se ha mantenido es casi estático. 

Es una rareza en un momento en que la cultura y el ocio parecen no dejar de aumentar. Además que la exigencia energética de una sala puede ser bastante alta, pero la necesidad de atraer más gente a las salas y de generar ingresos a través de las ventas de otros productos. 

EL ÚLTIMO GRAN SALTO

Este frenazo en los aumentos fue recientemente. Durante la década pasada, y más aún a principios de siglo con el salto al euro, los precios subían de forma bastante acelerada. Sin embargo, después de un salto importante en 2014, cuando los nuevos impuestos obligaron a una subida en la entrada. 

Sin embargo desde 2017 el aumento de salas, la competencia con servicios de stream en casa han hecho que los números de espectadores disminuyan. Ya no hace falta siquiera mencionar la pandemia o la falta de estrenos al los estudios repartirlos entre sus plataformas y las salas. 

EL DÍA DE LA SEMANA IMPORTA

Si bien los precios se han mantenido hay varios factores que pueden hacerlos variar. Por un lado, ir entre semana, de lunes a viernes, puede ayudar a reducirlo con varias cadenas ofreciendo descuentos los días de menor afluencia. Además de que el miércoles los cines españoles están a mitad de precio otras asumen descuentos aún más altos. 

Es normal ver salas cortando uno o dos euros del total por entrada durante la semana, presentándose como una opción viable para un plan al salir de la oficina. Otros asumen horarios especiales algo más baratos antes de las horas pico, y los Renoir repiten la promoción del día del espectador tanto el miércoles como el lunes. Además es cada vez más común ver una disminución de precios en reestreno, o que tienen menor poder de convocatoria. 

CUALES SON LAS SALAS DE CINE MÁS BARATAS

Además de pensar en el día de la semana la franquicia, o ir a un cine independiente a pie de calle. De las franquicias la más barata, con datos de la ciudad de Madrid, son los cines Renoir cuya entrada se mantiene en 8.90 euros, le sigue Yelmo con 9.40, Cinesa con 9.50 y la más costosa es Kinépolis con 9.90.

A pesar de ellos, al menos en Madrid, la entrada más barata suele ser la de las salas independientes. Los cines paz, los más caros en este renglón, no superan los 9 euros, les sigue el Capitol con 8,25  euros, el cine de Callao con 7,5 euros y el cine Embajadores y el auto Cine de Madrid con 7 euros la entrada a cada uno.

Precio entrada de cine en madrid Merca2.es

ENTRADAS MÁS CARAS EN MADRID Y BARCELONA

Otro punto que puede diferenciar el precio de las entradas es la ubicación geográfica. Dependiendo de en qué ciudad se encuentre el precio puede variar bastante, con los precios hasta duplicandose dependiendo de la ciudad. 

Como puede parecer evidente la ciudad más cara para ir al cine es la capital, con el precio promedio cerca de los 8,85 euros. Le siguen Barcelona con 8,67 y Valencia con 8,10. Las más baratas son por su lado Las Palmas de Gran Canaria 4,90 euros, Palma de Mallorca con 6 y Santander con 6,60. Una buena medida de la diferencia es que en el día del espectador los precios de Madrid se igualan con el precio promedio de la capital de Canarias

SIGUEN BUSCANDO RECUPERAR LOS NÚMEROS

Aún con el precio del cine siendo más accesible que otros planes de ocio lo cierto es que las salas españolas siguen sin recuperar los números pre pandemicos. Para las salas la crisis de la pandemia está lejos de terminar, y ahora se les viene encima la misma recesión que el resto de las industrias. 

Por suerte el precio sigue siendo bastante más accesible que otras actividades. Si las salas siguen con su misma línea es posible que se conviertan en uno de los últimos refugios de nuestro bolsillo cuando busquemos opciones de ocio este invierno.


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