El sector inmobiliario vive hasta ahora un momento convulso, en el que los expertos no se ponen de acuerdo sobre las perspectivas de cara a fin de año. Pocos hablan de la situación más probable en 2023, cuando se espera la recesión en numerosos países de la Eurozona, mientras el debate sobre la fortaleza de las viviendas se encuentra encima de la mesa. Como ya ocurriera en la crisis subprime y el estallido de la burbuja inmobiliaria, las inmobiliarias y operadores del mercado mantienen una visión distinta y hasta contradictoria del devenir de un sector que está mostrando una fuerte resiliencia pese a la huida de la inversión.
«El mercado inmobiliario se mantendrá estable en 2022 pese a la crisis internacional y el freno en la inversión», ha asegurado Vicenç Hernández Reche, presidente de la Asociación Nacional de Agentes Inmobiliarios, durante su intervención en el congreso anual de estos operadores. Desde Perú, ha afirmado que el sector ha logrado superar los efectos devastadores de la pandemia, hacer frente a la inflación y a las consecuencias del alza de las materias primas por los cuellos de botella y la invasión de Rusia a Ucrania.
«Pese a todos los vientos en contra que han aparecido estos últimos meses, el sector inmobiliario a nivel internacional mantiene un mercado laboral resiliente y liquidez procedente de los mercados de acciones y deuda, que presentan peores perspectivas«, ha asegurado Hernández Reche.
OPTIMISMO EN EL INMOBILIARIO POR LA FALTA DE COMPETENCIA
A su juicio, las previsiones son «positivas» y «se mantendrá la estabilidad y su valor como inversión refugio. Como si los activos inmobiliarios mantuvieran el valor. En parte, la situación del sector se encuentra radicalmente opuesta a la de 2008. En estos últimos años, la compraventa de viviendas se ha disparado y apenas pasaban unos pocos días para cerrar las operaciones. El motivo no es otro que la escasez de oferta. Sin pisos, por alta o baja que sea la demanda, ésta se tiene que amoldar a los precios exigidos por la oferta.
Todo ello, con el «freno generalizado en el sentimiento inversor dentro del mercado inmobiliario global». Así, ha desgranado que la brecha entre oferta y demanda se está abriendo y se registra cada vez una menor oferta. En España, ciudades como Barcelona, por ejemplo, apenas tiene inmuebles disponibles. En Estados Unidos, la situación es crítica ya que no hay negocio en algunas zonas y las entidades hipotecarias han procedido a realizar despidos de personal.
LA VIVIENDA, ¿UN ACTIVO REFUGIO A LAS PUERTAS DE LA RECESIÓN?
Para este experto, la situación en el sector inmobiliario aguanta ante la falta de alternativas en los mercados de inversión. Tanto en renta variable como en fija, los precios de las acciones y bonos se han desplomado en la primera parte del año, y no pinta nada bien con las subidas de tipos de interés al provocar la recesión para frenar el alza de precios. Así, el sector inmobiliario sería «un activo refugio».
«Los economistas no somos capaces de predecir el futuro, pues el mundo económico presenta una gran complejidad y el futuro es cada vez menos lineal», ha considerado. Así, es impredecible la aparición de cisnes negros, como la mostrada por Tuomas Malinen en INVERSIÓN, quien insta a las familias a prepararse al «no estar preparados para lo que viene».
Una visión distinta tiene Pisos.com, quien prevé una ralentización de las transacciones inmobiliarias y una moderación de los precios tanto en la compra como en el alquiler en el tramo final de 2022. Y es que, si bien no hay oferta, la demanda cae debido a las alzas de los tipos de interés.
LA DEMANDA SE CONTRAERÁ EN LA VIVIENDA Y LOS PRECIOS BAJARÁN
Para Ferran Font, director de Estudios de este portal inmobiliario, el mercado residencial ha registrado un «increíble auge» desde enero. Así, la subida del precio del euro restringirá el acceso al crédito y los préstamos hipotecarios referenciados a un tipo de interés variable, como el euríbor, perderán poder adquisitivo. Los hogares, además, se verán presionados por el alza de las facturas energéticas y los alimentos.
La recesión es una amenaza real para la economía española
Con todo, la demanda se reducirá, estabilizándose los precios que han mostrado un gran dinamismo, alcanzando en algunas capitales niveles previos al estallido de la burbuja inmobiliaria de 2008. «La recesión es una amenaza real para la economía española«, ha advertido. De esta forma, las decisiones de compra se alargarán en el tiempo y la capacidad de endeudamiento se verá más comprometida por parte del consumidor. Todo ello agravará el negocio inmobiliario con la actual oferta de pisos.
Asimismo, el shock afectará especialmente a los jóvenes, que no tendrán más opción que alquilar ante la imposibilidad de compra. Así, lo asegura el propio Hernández Reche, CEO de Tecnotramit. En este sentido, ve insuficientes las políticas de vivienda emprendidas hasta ahora. «No se pueden tomar decisiones estructurales para el conjunto de la sociedad con una visión tan cortoplacista«, ha criticado.
EL PISO COMPARTIDO, ÚNICA OPCIÓN PARA LOS JÓVENES
En España no hay debate entre comprar y alquilar entre los jóvenes. Para una hipoteca media, las entidades financieras exigen una entrada previa más gastos cercana a los 40.000 euros, para ofrecer el 80%. Con estas condiciones y salarios actuales, alcanzar ese nivel de ahorro es muy complicado.
«Hay quién dice que los jóvenes ya no quieren comprar. Lo que pasa es que no pueden», ha sentenciado. En este sentido, cree que el piso compartido volverá a funcionar en el mercado, más cuando la inversión y demanda se están dirigiendo hacia esta opción. «Tendremos que convivir en un mix, una amalgama de diferentes soluciones donde la compraventa más tradicional seguirá arrastrando muchísima demanda», ha sostenido.