El precio de los combustibles ha vivido meses de incremento hasta alcanzar cotas superiores a los 2 euros por litro. Tanto la gasolina como el diésel se han encarecido especialmente este año, al calor de la crisis energética por la guerra entre Rusia y Ucrania y, especialmente, por un mercado del petróleo que ha experimentado subidas meteóricas en periodos muy cortos de tiempo. Alza de precios empujada por una volatilidad extrema del mercado, que desde la propia OPEP han calificado como «una especie de estado de esquizofrenia».
Las petroleras y refinerías también han jugado su papel, aumentando sus márgenes gracias a esta espiral inflacionista del crudo. A pesar del descuento de 20 céntimos por litro aplicado por el Gobierno, el precio de los combustibles sigue estancado en cifras excesivamente elevadas en comparación a las que se reflejaban el año pasado y todavía se sitúan cerca de los 2 euros por litro.
Sin embargo, a pesar de los costes reflejados en el mercado mayorista en los últimos meses, la gasolina está empezando a distanciarse del gasóleo en las últimas semanas, que continúa presionado al alza. Mientras, los precios del barril de petróleo pierden fuerza y encadenan más de tres meses de pérdidas. El barril de Brent, de referencia europea, cotiza en torno a los 90 dólares y el West Texas lo hace cerca de los 85 dólares.
¿Cómo es posible que el valor del petróleo haya bajado más de 30 dólares desde abril, el precio de la gasolina esté comenzando a descender y el precio del diésel no haga lo mismo? El motivo principal por el que se está produciendo esta situación no es otro que el de la escasez de existencias en los principales mercados mundiales.
LAS REFINERÍAS ESTÁN TENIENDO DIFICULTADES PARA PRODUCIR DIÉSEL
Las refinerías están teniendo dificultades para producir el combustible, provocando un déficit en el mercado. Así lo consideran expertos y entidades, que retratan un escenario de mayor consumo de diésel del que se produce a nivel mundial. En este sentido, los analistas de JP Morgan aseguran en un reciente informe que «el mercado está indicando claramente una continuación de la fuerza del gasóleo y la debilidad relativa de la gasolina«.
Asimismo, la firma de inversión considera que esta situación se alargará los próximos meses por «la escasez de existencias, la perspectiva de un aumento de los precios del gasóleo en Estados Unidos, la falta de un sistema de control de calidad, la perspectiva de cambio de gas a petróleo en Europa y las inminentes sanciones a las exportaciones de productos rusos a Europa«.
También la AIE (Agencia Internacional de la Energía) ha señalado en su último informe mensual el preocupante panorama actual que puede prolongarse en el futuro debido a los mismos motivos. El caso de las exportaciones rusas es especialmente relevante dado que se trata de uno de los países que más exportan a nivel global, siendo los países occidentales los mayores beneficiados. Por lo que menores exportaciones pueden traducirse en mayor escasez de diésel en Europa.
La situación parece que se alargará en el tiempo y los expertos auguran que el desnivel entre los precios de la gasolina y el diésel puede continuar hasta 2024. Así lo explican los expertos de JP Morgan, que ven en cada uno de los problemas mencionados una concatenación de hechos para que la divergencia de precios sea duradera.
EL DIÉSEL SEGUIRÁ MÁS CARO QUE LA GASOLINA HASTA 2024
Por todo ello, creen que «la fijación de los precios de las bandas implica que el gasóleo seguirá siendo más caro que la gasolina hasta finales del próximo año«.
«Como este tipo de arbitrajes tiende a corregirse por sí mismo en el mercado de productos, creemos que la franja implica una incapacidad continua de las refinerías mundiales para reponer los bajos inventarios de destilados«, destacan los expertos. Es decir, no ven que la dificultad para producir diésel de las refinerías se solucione a corto plazo.
En cuanto a la gasolina, «aunque la presunta configuración hacia los máximos rendimientos del gasóleo en un futuro previsible debería ayudar a la oferta el mercado, puede preocuparse de que conduzcan a una amplia oferta de gasolina como subproducto«, añaden los expertos. Mientras, la demanda sigue siendo preocupante, «especialmente con el panorama económico mundial todavía muy incierto».
Con este escenario, la volatilidad del mercado petrolero sigue marcada por las tensiones geopolíticas de Estados Unidos y la Unión Europea con Rusia, así como por la situación económica de China. La demanda del gigante asiático ha sufrido debido a la política de restricciones que sigue aplicando en la actualidad. Algo que se ha contrarrestado en parte por la expectativa del cambio de gas a petróleo por los altos precios del gas.
EUEROPA DEPENDE DE CHINA
Por el momento los flujos petroleros rusos se mantienen mejor de lo esperado por los expertos y se desde la AIE esperan que el mercado mundial tenga superávit en lo que resta de año, para luego equilibrarse a la baja en 2023. Es en este punto donde esperan que las represalias de Rusia en las exportaciones de petróleo por las sanciones económicas comiencen a hacer estragos.
Asimismo, China ha protagonizado este jueves un encuentro de gran relevancia con Rusia. El presidente de la república asiática, Xi Jinping, se ha visto por primera vez desde que comenzara la guerra con el presidente ruso Vladimir Putin, en una cumbre donde se han erigido como protagonistas del nuevo mundo.
Mientras que Rusia ha declarado entender la preocupación de China por la guerra y sus consecuencias, el país asiático ha afirmado que tratarán de «servir de ejemplo como grandes potencias mundiales y jugar un papel de liderazgo para conducir ese mundo rápidamente cambiante a una trayectoria de desarrollo estable y positivo».
El encuentro es de vital importancia puesto que China es el mejor candidato para aliviar la escasez de diésel que acecha al Viejo Continente. El gigante asiático es el único país con la capacidad de refinación para procesar y exportar más combustibles y poder compensar el déficit europeo.
Sin embargo, las autoridades del país ya han reducido las cuotas de exportación de combustible asignadas este año, que se sitúan hasta un 39% más bajas. Las decisiones productivas y comerciales que tome China próximamente hacia Europa serán determinantes, así como la evolución de su alianza con Rusia.