La percepción de que se avecina una recesión económica es generalizada en el sector privado. Al menos así lo revelan los datos del Estudio de Clima Empresarial de la Cámara de Comercio de España: un 86,7% de las empresas cree que el riesgo de entrar en recesión es muy o bastante elevado, una apreciación que es un poco menor entre las más grandes.
El pesimismo es bastante similar entre todos los sectores, con mayor intensidad en la hostelería, donde un 89,7% cree inminente una recesión, y el comercio con 87,5%. Otras actividades, como la construcción, la industria y el resto de servicios también registraron niveles en torno al 86% al ser consultados sobre el riesgo de un retroceso.
No obstante, el presidente de la Cámara de Comercio de España, José Luis Bonet, no concuerda con la idea. «Nosotros no creemos en una recesión. Sí en una desaceleración», dijo Bonet durante la presentación del estudio, que se hizo en colaboración con Sigmados.
«Nosotros no creemos en una recesión. Sí en una desaceleración»
José Luis Bonet, presidente de la Cámara de Comercio de España
El estudio se basó en 2.164 encuestas a empresas radicadas en España con seis o más empleados, y tomó en cuenta a los sectores industrial, construcción, comercio, hostelería y resto de servicios. Las encuestas se realizaron entre el 23 de mayo y el 25 de julio de 2022.
UNA CRISIS ASIMÉTRICA
Cuando a las empresas se les consultó si eran optimistas con relación a la evolución de su actividad para este año, seis de cada 10 compañías dijeron sentirse poco o nada optimistas.
El estudio revela que el pesimismo es generalizado en todos los sectores y en todos los tamaños de las compañías. Pero quienes peores expectativas tienen sobre su situación son las empresas más pequeñas.
«La crisis será asimétrica, depende de los sectores», dijo el presidente de la Cámara de Comercio de España.
Hay varios elementos que empañan el horizonte: el encarecimiento de la energía y de los precios de las materias primas es el asunto preocupa a las empresas consultadas, que lo observan como la principal dificultad a enfrentar en lo que queda de año.
También, la escasez de materias primas, los problemas de abastecimiento y los costes laborales son desafiantes para las empresas, de acuerdo al Estudio de Clima Empresarial de la Cámara de Comercio de España, que fue presentado este martes.
LOS PRECIOS DE LA ENERGÍA
Ocho de cada empresas señala a las subidas de los precios de las energías como el problema más importante que atraviesan, seguido del encarecimiento de las materias primas y problemas de abastecimiento, que impacta a cuatro de cada 10 empresas.
Sobre este punto, el estudio revela que para un 94,4% de las empresas la dependencia energética del exterior es un factor muy o bastante grave. Consideran que la reducción de esa dependencia debe pasar por acelerar la transición hacia las energías renovables (65%), ampliar el número y vida útil de las centrales nucleares (37,4%) e incrementar la eficiencia a través de ayudas a las empresas (21,2% de las encuestadas).
«Otro asunto que afecta a las empresas son los costes laborales y a la elevada presión fiscal».
Casi todas las empresas, un 92,7%, creen en la creación de reservas estratégicas conjuntas en el seno de la Unión Europea para garantizar el abastecimiento de energía, materias primas u otros suministros básicos para la producción.
Otro asunto que afecta a las empresas son los costes laborales y a la elevada presión fiscal: tres de cada 10 compañías los mencionaron entre sus principales problemas.
MEJORA EN EXPORTACIONES EN 2023
Pero todo ese panorama parece aliviarse de cara a 2023. El estudio de la Cámara de Comercio indica que un 48,5% de las empresas consultadas para el Estudio de Clima Empresarial espera que las ventas en el extranjero mejoren, un 36,1% también es optimista sobre la adquisición de suministros en el mercado internacional y 24,4% dijo que aumentará la contratación de personal en el próximo año.
Nuevamente, las expectativas positivas que las compañías tienen sobre su situación contrastan con la percepción que estas tienen sobre la evolución del conjunto de la economía española para el próximo año.
«Todas las empresas presentan datos negativos, salvo en el caso de las de más de 250 empleados, donde el saldo es ligeramente positivo», dice el estudio. Las diferencias se presentan entre los sectores a los que pertenecen: para el industrial, la previsión es menos negativa que para el resto.
Un 68,9% de las encuestadas señaló que la evolución de los precios de la energía y de las materias primas es uno de los principales riesgos que enfrenta la economía española. Otros son la subida de los tipos de interés (39,6%) y la guerra en Ucrania (31%).
Sobre este último punto, el estudio revela que las empresas puntuaron con un 6,6 sobre 10 el impacto de ese conflicto a la hora de desarrollar su propia actividad y en un 6,8 sobre 10 el riesgo de que la guerra frene el crecimiento de la economía española.