Todos asociamos las infusiones con la salud, y solemos recurrir a ellas por sus efectos medicinales, para aliviar ciertos malestares o para mejorar nuestro bienestar. Son de origen vegetal y están compuestas de hierbas medicinales, así que damos por sentado que son siempre buenas e inocuas para nuestro organismo. Sin embargo, hay que tener ciertas precauciones, ya que no todo es tan positivo como creemos.
Algunas de las infusiones más habituales contienen sustancias que pueden llegar a ser nocivas si no se consumen con precaución. Como dijo el médico Paracelso, “Sólo la dosis hace que una cosa no sea un veneno “, y esto aplica a nuestro tecito de la tarde. Infusión de frutas, valeriana, manzanilla, poleo, tila, anís, jengibre, tomillo, té… La oferta disponible es amplísima, y está bien aprovechar sus beneficios y de la satisfacción de tomar una bebida caliente a media mañana. Pero de nuevo, con mesura. Estos son algunos riesgos que pueden acarrear.
7INFUSIÓN, TISANA Y TÉ, DIFERENCIAS
Aunque a veces usemos estos términos como sinónimos, en realidad no lo son. Una infusión es una preparación en la que se mezclan las hierbas, secas o frescas, con agua muy caliente, sin llegar a hervir, y se deja reposar. Para la tisana sí que hay que llegar al hervor, si se hace con cortezas, especias o frutas secas. El té hace referencia a la planta, que es la camellia sinensis.