Según el último Observatorio de Emancipación correspondiente al segundo semestre de 2021, elaborado por el Consejo de la Juventud de España, sólo el 15,6% de los jóvenes viven emancipados de su familia. Un porcentaje más que modesto que refleja los graves problemas de acceso a la vivienda que tiene este colectivo. Sea la que sea la alternativa que elijan. Comprar una vivienda constituye una verdadera quimera para la inmensa mayoría de los que tienen entre 16 y 29 años. El alquiler está también lejos del alcance de muchos de ellos. Y compartir piso empieza a ser mucho más difícil de lo que cabría presuponer.
El estudio «Los jóvenes y el mercado de la vivienda en 2021» elaborado por el portal inmobiliario Fotocasa asegura que un 59% de los jóvenes de entre 18 y 34 años buscan vivienda en alquiler empujados en una gran mayoría porque su situación financiera no les permite aspirar a comprar una vivienda. Una realidad que corroboran los números. Un joven debe dedicar 3,8 veces su sueldo neto íntegro para poder sufragar la entrada de una hipoteca de la vivienda media en España (170.000 euros), cuando una persona joven con condiciones laborales estables únicamente puede permitirse destinar hasta 100.000 euros sin sobre endeudarse, según el Consejo de la Juventud.
La web de intermediación financiera Finanzate asegura a este respecto que el 73% de los jóvenes no cumple los criterios básicos que exige la banca para conseguir una hipoteca por la falta de un contrato estable indefinido, una nómina suficiente y por carecer del ahorro para la entrada y los gastos.
ALQUILERES AL ALZA
Descartada para la inmensa mayoría de jóvenes la vivienda en propiedad, la siguiente alternativa es el alquiler. Sin embargo, también se está complicando. La creciente subida de los precios del arrendamiento (845 euros de media) les pone «en serios aprietos», ya que sólo pueden destinar 320 euros mensuales sin sobre endeudarse, según los datos del Consejo de la Juventud.
La situación laboral hace que los jóvenes tengan una renta en torno al 13% inferior a la de los hogares de entre 25 y 54 años, según recoge el reciente estudio «Medidas para fomentar el alquiler y ayudar a la emancipación de los jóvenes» publicado por BBVA Research. Según el análisis, salvo en Ciudad Real y Teruel, en el resto de provincias los hogares jóvenes deben destinar al pago del alquiler más de un tercio de la renta media del hogar, superando así el umbral que se considera adecuado para tener unas finanzas familiares saneadas.
Con la opción de compra casi cerrada y la del alquiler cada vez más cuesta arriba, muchos jóvenes se ven empujados a compartir vivienda. Aunque ni esa opción está al alcance de algunos. El 34,5% así lo hace, pero a un elevado coste, pues deben destinar una cuarta parte de su salario para la renta de la habitación. Además, la oferta también sufre tensiones que se trasladan a los precios.
La disponibilidad de pisos compartidos ha caído un 59% en Madrid en el último año, en línea con la fuerte reducción que ha sufrido el stock de viviendas de alquiler, según un informe publicado la semana pasada por Idealista. A nivel nacional, esta caída es del 45%, pero este retroceso no ha sido igual en todas las ciudades, sino que en algunas capitales ha llegado a desplomarse más de un 70%, dándose los descensos más pronunciados en Palma de Mallorca, Barcelona y San Sebastián. Por encima del 50% están Málaga, Guadalajara, Alicante, Tarragona y Gerona.
POSIBLES SOLUCIONES
Ante esta sucesión de dificultades que tienen los jóvenes para acceder a una vivienda, BBVA Research considera que lo más factible es fomentar el alquiler. Para facilitar su acceso a los jóvenes, el servicio de análisis del BBVA considera que la primera condición debe ser su estabilidad laboral, con una reducción de la temporalidad en los primeros años de sus carreras. En este sentido, valora la repercusión de la última reforma laboral, que ha permitido que el crecimiento de los contratos indefinidos haya sido más acusado entre los jóvenes menores de 25 años. Esto puede reducir la rotación laboral, mejorar la productividad y, por tanto, suponer un incremento de la renta salarial de los jóvenes y una reducción del esfuerzo de acceso a la vivienda.
BBVA Research también hace hincapié en otro aspecto que denuncian todos los expertos: la oferta. Uno de los motivos que han propiciado el aumento de precios es la escasez de vivienda en alquiler. También a precios asequibles. Según esta entidad, España debe incrementar en 1,5 millones, hasta los 1,8 millones, la oferta de este tipo de viviendas para acercarla a los niveles de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). BBVA Research cree que los fondos europeos son una oportunidad para financiar la construcción de nuevas viviendas destinadas al alquiler cumpliendo con criterios de sostenibilidad medioambiental.
Entretanto, la Ley de Vivienda continúa estancada. El Gobierno ya se come la uñas porque octubre está a la vuelta de la esquina y el Ejecutivo se comprometió con Bruselas a que la medida entraría en vigor en el décimo mes del año. Sin embargo, la norma continúa reclusa en el Congreso porque PSOE, Podemos y ERC no son capaces de ponerse de acuerdo.
Pasan los días desde que arrancara la nueva negociación de los Presupuestos Generales del Estado para el próximo año. A parte de las conversaciones para tratar los temas de gasto en defensa y la Ley Mordaza, comienza la recta final para la Ley de Vivienda. La parte morada del Gobierno ha aumentado sus fuerzas a la hora de presionar al presidente Sánchez para reabrir la negociación. Junto con los republicanos, exigen que se profundice en algunos aspectos de la ley.
Concretamente en tres: la regulación de precios del alquiler en zonas de mercado tensionado para todos los propietarios, es decir, grandes y pequeños tenedores; que la totalidad de viviendas de la Sareb han de ser incluidas en el parque público de vivienda en alquiler; y la prohibición de desahucios en España de familias vulnerables sin que haya una vivienda alternativa donde puedan alojarse.