Solomillo al ajillo: una receta de estrella Michelin en 20 minutos

España ha dado un salto importante a nivel gastronómico gracias a la calidad de sus productos y al reconocimiento internacional que han alcanzado chefs como Dabiz Muñoz o Martín Berasategui. Un producto que se usa tanto en los restaurantes vanguardistas de estos cocineros como en la mayoría de hogares es el solomillo. En esta ocasión te vamos a enseñar a prepararlo al ajillo, una receta con un sabor sensacional que no tiene complicación alguna, además de requerir poco tiempo. Toma nota. El solomillo, de mil maneras El solomillo de cerdo es una carne que acostumbra a comerse en la mayoría de los hogares con más o menos frecuencia. Suele prepararse al horno, de diferentes formas (a la pimienta, con mostaza…), pero se puede freír o incluso guisar. Muchos optan por este producto para fechas especiales, pero esta receta la puedes preparar a diario porque se tarda muy poco y dejará satisfecho a todo. A continuación, te mostramos los ingredientes y los pasos para elaborarla de la forma correcta. Ingredientes 1 kg de solomillo de cerdoAceite de oliva virgen extraSalPimienta negra molida10 dientes de ajo100 ml de vino blanco100 ml de caldo de carne o aguaPerejil fresco Como puedes observar en el listado, no se necesitan demasiados ingredientes para elaborar esta receta. Y lo mejor de punto es que la mayoría de productos que vas a utilizar son básicos, por lo que lo más normal es que los tengas en tu cocina. De no ser así los puedes encontrar fácilmente en cualquier supermercado. Limpiar y cortar el solomillo Lo primero que tienes que hacer es limpiar la grasa del solomillo. Ayúdate de un cuchillo y ten cuidado. Después debes cortar en medallones. Es importante que dejes aproximadamente un grosor de unos dos centímetros. No es bueno que sean demasiado finos porque será más difícil dejarlo jugosos, ni tampoco darle demasiada anchura, ya que después deberíamos cocinarlos a fuego lento para lograr que se hiciesen por dentro. Cuando tengas todo preparado, llega el momento de dar el siguiente paso. Marcar el solomillo Este momento es importante. Coge una sartén grande e incorpora un chorro de aceite. Es clave que esperes a que el aceite esté muy caliente. En ese momento deberás introducir el solomillo. Debes tenerlo unos segundos por cada lado, lo justo para que se dore sin que se haga por dentro. Si se pega a la sartén no te preocupes, cuando agreguemos la parte líquida eso le dará mucho sabor a nuestra receta. Cuando esté listo saca el solomillo y agrega sal y pimienta al gusto. Vamos a terminar la receta. El final de la receta En la misma sartén en la que has hecho el solomillo añade los dientes de ajo sin pelar. Dales un golpe antes. Sofríelos a fuego medio hasta que estén dorados y algo blandos. En ese punto vuelve a introducir los solomillos. Incorpora 100 ml de vino blanco y espera a que evapore el alcohol. Acto seguido añade la misma cantidad de agua (o caldo de carne) y espera otros cinco minutos (a fuego fuerte) hasta que reduzca un poco. Los componentes del plato se habrán integrado y el sabor será realmente increíble. Si quieres especiarlo, puedes añadir un poco de perejil picado a última hora o incluso romero o tomillo si son de tu agrado. Te decimos con qué acompañar la receta y si es saludable. Las patatas, la mejor guarnición Como casi siempre, el complemento perfecto para la carne son las patatas fritas. Si el guiso necesitase de más tiempo lo ideal sería hacerlas cocidas, pero no es el caso. Lo que sí puedes hacer es, una vez fritas, agregarlas en la sartén para que se impregnen del sabor del solomillo, del ajo, del vino y del caldo. Con esta guarnición, el plato debería ser lo suficientemente completo como para no necesitar de un entrante o de un primero. Eso sí, puedes elaborar una ensalada fresca a base de lechuga, tomate y cebolla cruda. De esta forma hará más ligero nuestro plato. Ahora te decimos si es realmente sano. No abusar del solomillo Esta receta no es ni mucho menos prohibitiva. El solomillo, a pesar de la fritura, tiene como salsa el ajo, el vino y el caldo (si es casero, mucho mejor), que no tienen las calorías que suman otras salsas (miel y mostaza, alioli…). Sin embargo, el solomillo no es una carne como el conejo o el pollo, tiene más grasa. También debes tener en cuenta la guarnición. Si no quieres saltarte la dieta, mejor que pongas las patatas en el horno o que las hagas cocidas y las añadas en la salsa al final. La diferencia de calorías a la hora de cocinar esta hortaliza dista mucho. De todas formas, no existe ningún inconveniente para disfrutar de esta plato de forma semanal.

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