jueves, 12 diciembre 2024

La Generalitat, sin competencias, busca implantar la viñeta para la AP-7

La AP-7 cumple un año sin peajes. La autovía más utilizada de Europa ha perdido el mantenimiento habitual que ofrecía Abertis e incrementado el tráfico en un 40%. Se trata de una vía segura, que ha evitado cerca de 2.300 muertos en otras carreteras nacionales y autonómicas, utilizadas para evitar el coste por el uso.

Ahora, el Gobierno de España pretende extender este tipo de pagos a partir de 2024, en base al cumplimiento de las exigencias de Bruselas, una solución que abonarían todos los conductores una vez al año para el mantenimiento, como se hacen con otros servicios públicos, como la Sanidad, independientemente de si se utilice o no.

Sin embargo, la Generalitat de Cataluña, que no tiene ninguna competencia sobre esta estructura más allá de la del tráfico, ha rescatado la idea de implementar la viñeta en esta vía. Se trata de un pago que se pretende establecer por el uso de las autovías y autopistas que cruzan Cataluña, también único y cuyo debate se centra ahora en la fórmula para cobrarlo.

SIN PEAJES EN ALEMANIA, PERO SÍ EN ESPAÑA ¿POR QUÉ?

Pese a que el Govern de Pere Aragonès descartó volver a los peajes, debido al malestar generado en numerosos municipios, la Generalitat argumenta que la viñeta se ha implantado en Europa, pese a estar vigente en un único país de la Eurozona, Austria, y en Suiza. De hecho, en Alemania, Bélgica, Letonia y Luxemburgo, entre otros muchos, carecen de peajes. Donde son más abundantes y caros son Francia, Italia, Portugal y ahora en ciertas vías en España.

El número de muertos y heridos se ha duplicado en la AP-7, donde se produce el 20% de los siniestros

La propuesta de la Generalitat depende en todo caso del Gobierno. El único precedente existente en España es el de la A-636, cuya titularidad corresponde a la Diputación Foral de Gipuzkoa. Se trata de un sistema de pórticos por el que los guipuzcuanos abonan sin tener que esperar al levantamiento de las barreras y que entró en vigor el pasado 18 de enero de 2022. No obstante, son sólo 15,5 kilómetros y divididos en tres tramos entre las localidades de Beasain y Bergara.

La Generalitat, sin embargo, exige el pago por una vía más que amortizada tras 40 años y que ha ayudado en el último año a reducir la mortalidad en las maltrechas carreteras secundarias en casi un 20%, según los datos del propio Ejecutivo catalán. La AP-7 no sólo es la vía más importante de Cataluña, sino de toda Europa, al ser utilizada como el acceso a África por camioneros y familias.

LOS ÚNICOS PEAJES QUE PERMANECEN EN CATALUÑA SON AUTONÓMICOS

Tras descartar este nuevo impuesto a todos los vehículos, el Gobierno de Pedro Sánchez espera ahora al paso de las próximas elecciones municipales y generales para evitar que el debate se cuele en la ciudadanía en época electoral. Por ahora, los precios que se barajan oscilan entre los 60 y 100 euros para utilizar las vías de forma ilimitada, un precio disparatado cuando hay países que ajustan sus presupuestos para el mantenimiento de las vías.

El Goven culpa a los transportistas, pero los particulares son los que incumplen la seguridad vial
El Goven culpa a los transportistas, pero los particulares son los que incumplen la seguridad vial

Si bien, en la AP-7 se ha incrementado la siniestralidad en la parte de Cataluña, también es cierto que la utilizan un 40% más de vehículos. En proporción, el número de accidentes también se ha aumentado al compararse con los datos de 2020, cuando apenas había tráfico de viajeros. Sin embargo, la Consejería de Territorio de la Generalitat ha intentado reabrir sin éxito este debate en Cataluña debido a la oposición de plataformas contrarias y de Ayuntamientos, algunos de ellos han pedido la retirada de los peajes autonómicos, como la C-16, que une Barcelona con Andorra.

Con este debate en ciernes y sin competencia, Cataluña trata de ganarse el favor del Gobierno con el traspaso de la autovía, pero en la ciudadanía quedan aún presentes los agravios. ERC y la CUP mostraron su rechazo a los peajes en la AP-7 en 2012, con una campaña viral y donde miles de conductores se negaron a abonar el peaje. Sin embargo, no hubo la misma reacción en los otros peajes catalanes. Una forma de protesta que ahora gira en 180 grados. ERC busca ahora el pago por kilómetro recorrido, pero necesita sí o sí alcanzar un acuerdo con el Gobierno de España.

LA GENERALITAT CRITICA LA C-58, PERO NO TERMINA LA B-40

Las concentraciones contra los peajes se han producido en los municipios cercanos a esta vía vertebradora entre España y el resto de Europa, especialmente al sur de Barcelona, como en la zona de Sitges. La única alternativa es atravesar una carretera sinuosa y peligrosa donde la velocidad máxima está estipulada en 80 km/h, que apenas se llega a alcanzar ante el peligro de las curvas y la nula visibilidad. Las otras vías catalanas están muy deterioradas, con baches y agujeros, sean de montaña o paralelas a la playa. Estas vías han reducido su tráfico tras el fin de los peajes de forma notable.

Otra de las polémicas infraestructuras catalanas se centran en la B-40, una vía de circunvalación y que recorre dos de las ciudades más importantes de Cataluña, como Terrassa y Sabadell. La Generalitat lleva décadas sin poder conectar directamente a estas ciudades y crear un anillo que evitaría acudir a Barcelona para optar por otras vías. En cambio, el Goven sí critica la C-58, la vía que más tráfico soporta Cataluña a diario, una autopista con velocidad variable a poco más de 10 kilómetros de Barcelona y que une toda la zona del Vallés Occidental con la Ciudad Condal. Lejos de dar solución a la misma, el PSC en la etapa del tripartito instaló un carril bu-vao, ineficiente porque no ha reducido la congestión. Y es que, es un carril directo a la Meridiana, sin conexión directa hacia las rondas.

BAJA EL NÚMERO DE SINIESTROS EN UN 17% TRAS EL FIN DE LOS PEAJES

Hasta ahora, para escapar de Sabadell solo hay dos alternativas fiables, la C-58 y la AP-7, ambas serían de peaje una vez se instale la nueva medida del Gobierno en 2024. Las otras alternativas son carreteras terciarias, llenas de agujeros, baches y con una densa circulación de camiones al pasar por los polígonos más grandes del Vallès Occidental, como el de Santiga y Salvatella.

Con el fin de los peajes, la autopista AP-7 es la vía más utilizada y también ha ayudado a reducir la siniestralidad en el resto de vías. El número de muertos y heridos se ha duplicado en la AP-7, donde se produce el 20% de los siniestros. El número de víctimas mortales en el último año es de 25 personas fallecidas en esta vía, frente a las más de 100 registradas en otras carreteras.


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