Un mal año para las acciones de Banco Santander que de momento pierden un -16,7% de su valor incluso, habiendo registrado resultados financieros positivos. Recordemos que Banco Santander obtuvo un beneficio ordinario de 4.894 millones de euros a cierre del primer semestre de 2022 lo que corresponde a un incremento del 16% frente al mismo periodo del año anterior. Su actividad comercial le ha permitido incrementar en más de 7 millones el número de clientes en el último año, gracias al fuerte impulso de los servicios digitales que avanza más de un 56%.
Sin embargo, el mal ambiente predomina en el sector financiero presionado por la nueva ley que el gobierno de Pedro Sánchez impuso para castigar en un 4,8% los ingresos de los bancos sobre el ejercicio 2022 y 2023 a modo de impuesto. Adicional a eso, cada día tenemos noticias que, de una u otra forma pareciera que quieren perjudicar la imagen y estabilidad del banco presidido por Ana botín.
Una de sus líneas conocida como Santander Consumer Finance, acaba de recibir una multa de 540.000 euros por parte del Banco de España, por infracciones sobre documentos de liquidación de intereses o comisiones sobre los préstamos de consumo que no enviaron a sus clientes, errores con los que seguramente rodarán cabezas mientras al mismo tiempo, la entidad se encarga de reducir su plantilla como proceso de reestructuración que viene llevando a cabo en Reino Unido y en Portugal, saliendo de más de 3.000 empleados y 135 oficinas menos.
ANÁLISIS TÉCNICO
Lo cierto es que este cúmulo de noticias negativas predominan sobre los buenos resultados que Banco Santander suele presentar en especial, cuando la estructura técnica de su acción exige mayores retrocesos que venimos compartiendo con los lectores de inversión.es desde mayo del año pasado.
Técnicamente, la acción de Banco Santander viene trabajando una directriz bajista desde 2007, cuando iniciaba la crisis inmobiliaria, que la llevó a alcanzar mínimos históricos presionadas por la pandemia hasta niveles de 1,4 euros desde donde retomó una revalorización que alcanzó el 143% hasta encontrarse nuevamente con la directriz predominante.
Al no poder quebrar dicha directriz, las acciones de Banco Santander tendrían que buscar el precio de regularidad del mercado macro, comprendido entre el único soporte vigente registrado en junio de 2020 sobre 2,4 euros y el 61,8 de retroceso de Fibonacci de la última extensión alcista en 2,2 euros.
Si el precio logra respetar el área de regularidad con formación de truco (V invertida), capaz realizará la ruptura sólida de la directriz bajista macro y visitará nuevamente la resistencia registrada en marzo de 2009 en niveles de 3,5 euros, lo que implicaría una revalorización de más del 55%.
Por otro lado, si el precio de la acción de la entidad rompe a la baja los 2,2 euros, lo veremos nuevamente en los mínimos históricos por debajo de 1,4 inclusive, visitaría 1 euro por acción.