La moda de los chefs nos ha demostrado que la gastronomía es casi infinita y que hay platos elaborados deliciosos. Pero esos mismos defienden también no ya una receta casera y sencilla, sino la felicidad que da simplemente freír bien un huevo y disfrutarlo, o desayunar pan con aceite. Pero incluso en estos casos, tienen sus trucos y consejos para que esté de diez. Y es que hasta lo más simple puede derivar en disgusto, como el caso de querer untar en la yema de tu huevo frito y que se haya quedado «frita». Veamos cómo evitarlo.
4LA PRIMERA CLAVE, EL ACEITE
Antes de nada, tener una sartén antiadherente para evitar que logres una yema perfecta y cuando vas a sacar el huevo se rompa porque resulta que se había pegado. Y lo siguiente es llenarla de abundante aceite y que este alcance la temperatura adecuada, que es muy, muy caliente, aunque no pueda gustar por las dichosas salpicaduras y esa escena típica de toda la cocina perdida solo para freír un huevo. Ah, y por supuesto que sea aceite de oliva de calidad.