La llegada del Metaverso es una realidad. Está por ver, no obstante, si durará en el tiempo y qué plataformas serán las líderes de un mercado en auge y con un fuerte componente especulativo. La inmersión de Meta (Facebook) en este mundo supuso un antes y un después en cuanto a la inversión en estos universos, por ahora finitos. Y es que, al contrario de lo que ocurre en Internet, los metaversos por ahora tienen una limitación de espacio importante y no pueden crecer sin incrementar masivamente los costes de almacenamiento en la nube. En este sentido, al haber una oferta finita y una demanda en búsqueda de una rentabilidad.
A juicio de Toni Garballo, responsable del Metaverso de Belobaba, la inversión en el este mundo virtual es aún incipiente, «joven. «No ha sido hasta el pasado año cuando se ha iniciado una apuesta fuerte por este negocio, más con la aparición de plataformas basadas en el blockchain» para interactuar con los usuarios e inversores. Entre ellas aparecen The Sandbox, Decentreland, Cryptovoxels y Somnium Space, sin olvidar a una de las más rompedoras en la actualidad: Otherside.
Hay proyectos que han multiplicado por más de 13 veces. Otherside vendió todas sus tierras por 1.000 millones
A juicio del experto del primer fondo basado en blockchain y criptomonedas, el anuncio de Meta de crear un metaverso disparó el ‘boom’ y el interés en este negocio casi completamente desconocido para los usuarios en general. Sin embargo, como ocurre con las empresas más innovadoras y con mejor proyección, el primero que compra es el que sale ganando.
LA ESCASEZ, UN COMPONENTE QUE ATRAE LA ESPECULACIÓN EN EL METAVERSO
La escasez de elementos en el metaverso junto con el incremento exponencial de la demanda ha generado un mercado secundario muy significativo en estas cinco plataformas, especialmente en Otherside, que vendió todos los bienes por 1.000 millones de dólares y que ahora valen una auténtica fortuna.
Sin tierras ni edificios que comprar, la demanda ha ido subiendo los precios, desde los 1.000 dólares a los 13.000 por una tierra o un inmueble. Y es que, estos puntos se han convertido en los centros de interacción de los usuarios. Poseer bienes en este tipo de mundos no sólo da la oportunidad de revenderlos a un precio muy superior, sino también a explotarlos como tiendas virtuales, un negocio que se ha convertido en una de los más rentables siempre y cuando se escojan bien los activos. Y es que, éstos inmuebles pueden quedar obsoletos si no aportan a la comunidad.
De hecho, la mayoría de los NFTs -token no fungibles- tienden a valer cero. Sin embargo, otros, los de moda o exclusivos de firma pueden llegar a valer cientos de miles, como unas zapatillas o cromos de la estrella de turno de la NBA. De ahí, el fuerte componente especulativo que ofrecen este tipo de inversiones. Los denominados ‘cazagangas’ buscan tierras y activos de todos los metaversos ante la posibilidad de que puedan dispararse en un futuro. La inversión en el mercado primario no suele ser alta, pero sí en el secundario.
UN METAVERSO CON UNA IDENTIDAD ÚNICA PARA TODO INTERNET: EL FUTURO
«Estamos en un momento álgido, con dos vertientes en la inversión«, ha sostenido Gallardo. Por un lado, están los inversores con una proyección de futuro, que esperan una mayor interacción de Internet y con la esperanza de que la web 3.0 sea realmente la nueva forma de comunicación. Así, el metaverso se convertiría en el punto de reunión de las personas en el mundo virtual. «Las grandes empresas van a tener que entrar ahí», ha sostenido. Y es que, si el negocio residirá en este tipo de plataformas, las que se queden atrás tendrán un coste de oportunidad altísimo. «Es el futuro del comercio electrónico, de las clases virtuales, eventos…», ha señalado. Algunas empresas tecnológicas están probando esta tendencia. Entre otras, JP Morgan, HSBC o Samsung tienen su espacio dentro de este mundo virtual. En España, Mango ha sido una de las primeras españolas en entrar.
La otra inversión es la especulación, muy similar a lo ocurrido con las empresas de Internet en la década de los 90. La compraventa de dominios en aquellos años era el negocio, incluso había webs que vendían sus píxeles como links a las páginas. Era el inicio de una era donde la especulación arrolló el mercado por completo. Uno de los iconos de esta burbuja en España fue Terra, en Estados Unidos fue el ejemplo de Yahoo, que llegó a estar valorada por 44.800 millones en 2008 y que ahora se ha vendido de nuevo por apenas 2.500 millones. Otras muchas compañías, grandes y pequeñas, se quedaron por el camino.
LOS PROYECTOS DISPARAN SUS PRECIOS: OTHERSIDE, EL LÍDER
«Hay proyectos que han multiplicado por más de 13 veces. Otherside vendió todas sus tierras por 1.000 millones», ha recordado. Como muestra de este auge, en el mercado secundario se están vendiendo las tierras por más de 1,1 millones cada una de ellas. Y es que, en cada uno de estos terrenos se realizan actividades, y como en la vida real, ahora hay que abonar una cantidad para poder realizarlas. «En muy poco tiempo este metaverso ha atraído a especuladores», ha señalado. Y es que, Otherside procede de la exitosa colección de ‘Gorilas’, cuyos precios se disparan aún en el mercado secundario.
Como toda inversión, Gallardo ha recordado los riesgos inherentes a la misma. Y es que, se trata de un mercado no regulado y por tanto la inseguridad jurídica está a la orden del día. Asimismo, ha recordado las limitaciones como una de las barreras a superar. Y es que, por el momento, la compra en un metaverso es inservible para otro. La idea que tiene en mente el experto de Belobaba es la construcción de una identidad única que sirva para moverse por todo Internet. Con un único usuario y contraseña para todo, y no como hasta ahora donde cambian según las redes sociales. Aún no hay un metaverso que englobe al resto y en esa carrera sólo podrán operar los más fuertes. No sólo los que tengan un remanente financiero, sino los que posean la estructura necesaria para poder llevarlo a cabo. Y es que, las cuentas en la nube y los servidores son los principales objetos de deseo para poder operar en el espacio virtual.
Por ahora, las expectativas apuntan a un valor de mercado entre los metaversos de unos 5.000 millones de dólares, con la esperanza de duplicar el valor en 2030. No obstante, para poder hacer realidad la interactividad en el metaverso falta aún poner a disposición del público en general el material a precio asequible, desde las gafas de realidad virtual a los trajes que ya se están comercializando para llegar a sentir emociones, como coger un vaso o un abrazo.