La tarifa mediana diaria de los hoteles en España se situará en 168 euros en agosto, un 42% más que en otros periodos de alta ocupación en destinos de costa y un 17% considerando los núcleos urbanos, según el informe ‘The Hotel Pricing Outlook’ de Simon-Kucher & Partners, consultora global de estrategia y marketing.
Siguiendo esta tendencia, las tarifas medianas más asequibles en destinos de costa como Baleares o Málaga superarán los 200 euros en agosto, mientras que entre los destinos de costa más económicos se encuentran la Costa Brava, Canarias y Alicante, con tarifas entre 120 y 165 euros.
El primer verano turístico pospandemia sin restricciones ha llegado con la inflación disparada y los hoteles con precios que no se recordaban hace muchos años. La demanda acumulada en años anteriores llega a superar la del año 2019 provocando un incremento de precios ante la avalancha de peticiones de reservas.
Según el informe de Simon-Kucher & Partners, la tarifa mediana diaria se situará en 168 euros en agosto, llegando a alcanzar los 200 euros en lugares como Baleares o Málaga, que en muchos de sus hoteles han colgado el cartel de ‘completo’. El documento asegura que los hoteleros «hacen su agosto» exprimiendo el máximo la disposición de pago de un consumidor con más ganas de viajar que nunca.
En su panel cuatrimestral de percepción de precios indica que el consumidor percibe que los precios están subiendo hasta un 20% más que la realidad en viajes, lo que limitará el consumo en cuanto el efecto de la demanda acumulada tras Covid desaparezca.» Por ello todos los expertos estiman que este efecto de demanda embalsada se estabilice a finales de 2022 y que el consumidor reduzca su gasto en viaje y ocio en 2023.
SUBEN TODAS LAS CATEGORÍAS
En cuanto al posicionamiento de los hoteles, tanto los de alta como los de media gama suben a la par un 17% respecto a periodos anteriores de alta demanda, aprovechando la coyuntura excepcional. La disminución de restricciones contra el Covid está atrayendo el turismo extranjero de vuelta a España y fomentando a su vez el turismo nacional que había restringido sus viajes tras la pandemia.
El sector comienza a poner la mirada en un 2023 que estará marcado por un contexto macroeconómico sin precedentes, con una elevada inflación y con tipos de interés altos que indican que la demanda acumulada podría ser un espejismo de esta temporada.
Además, el texto apunta que la incertidumbre económica con la invasión de Ucrania por parte de Rusia y los posibles bloqueos energéticos este invierno con una inflación ya disparada hacen tambalear las previsiones más optimistas.
Los expertos de la consultora aseguran que la demanda se verá sin duda afectada por la estanflación (combinación de la ralentización del crecimiento y elevadas subidas de precios), un reto desconocido al que deberá hacer frente el sector hotelero.
«Superar esta ola y proteger los márgenes irá más allá de las subidas tácticas de tarifa: requerirá de estrategias comerciales inteligentes como identificar a los clientes menos afectados y asegurar una estrategia de distribución acorde, entre otras palancas», concluye el informe.