El programa de viajes del Imserso se desangra y ya no parece que pueda sobrevivir al tiro de gracia que le quiere asestar la ministra Ione Belarra. La titular de Derechos Sociales y Agenda 2030 vive en su particular burbuja ajena completamente a los problemas de los españoles, como el resto de sus compañeros de Gobierno. Debe ser la única española no se ha enterado todavía de los datos de la inflación en España, de la escandalosa subida generalizada de precios y, por eso, sigue en sus trece de no subir ni un céntimo la oferta para los viajes del Imserso.
El comportamiento de la ministra es propio de una dirigente que se resiste a ajustar las cifras a un contexto realista y que niega la mayor pese a que los números son tozudos y las cuentas no salen. Parece la artífice de un plan encubierto para acabar con los viajes del Imserso mientras guarda las apariencias, aunque sin mostrar excesiva preocupación por el futuro de un programa subvencionado que, durante años, ha sido motor de actividad para mayores y hoteleros en temporada baja.
El Gobierno presidido por Pedro Sánchez, acostumbrado a gobernar a golpe de decretazo, resulta el más caro de la historia, con sus 22 ministerios y sus incontables asesores. Ese mismo Ejecutivo, el de las prohibiciones y las restricciones constantes, parece dispuesto a cavar la tumba y poner la lápida a uno de los programas más exitosos del turismo español en los últimos decenios.
Y lo hará por incompetencia. Y si al final, por alguno de esos caprichos del destino, los viajes del Imserso se consiguen salvar, será por el empeño de los hosteleros que siguen intentando que impere la cordura, solicitando una y otra vez una negociación que Ione Belarra les niega con su soberbia habitual.
EL PROGRAMA 2022-23 CONVOCADO, PERO EN EL AIRE
El BOE recoge que el Instituto de Mayores y Servicios Sociales (Imserso) ha convocado un total 816.029 plazas para participar en el Programa de Turismo que se llevará a cabo entre los meses de octubre de 2022 y junio de 2023.
Los precios estipulados están comprendidos entre los 405 euros para las estancias de 10 días en zonas de islas, con transporte incluido, y los 115 euros para los viajes de cuatro días en capitales de provincia.
Ione Belarra, ajena a las desesperadas quejas de los empresarios del sector del turismo, ha declarado recientemente que los viajes del Imserso «van a seguir siendo un éxito y están, por supuesto, garantizados». Además, en una de sus habituales muestras de cinismo, ha dicho que su objetivo es «seguir protegiendo a la gente». Más de lo mismo, hace una cosa y dice la contraria, para que aquellos de sus votantes con menos capacidad de análisis se crean que está haciendo lo que realmente no está haciendo.
Podrá haber alguien que todavía la crea, pero los que ya no aguantan más sus desprecios son los hoteleros, con Hosbec (Asociación empresarial hotelera y turística de la Comunidad Valenciana) a la cabeza. Los negocios turísticos valencianos han dicho basta y se niegan a participar en esta pantomima, que solo generaría ruina a sus negocios. De unos 300 hoteles que participan en el programa habitualmente, unos 230 han decidido no poner camas a disposición del Imserso. El resto todavía no se ha pronunciado, por temor a las represalias del ministerio.
Toni Mayor, presidente de Hosbec, reconoce que si no se sube la oferta entre 3 y 6 euros por persona y día los hoteles no van a participar.
BELARRA CONTRA TODOS
Sólo el presidente Sánchez entiende la cerrazón de Belarra, habida cuenta de que mantiene a la ministra en su puesto. La diputada del Partido Popular, Alicia García, avisaba de que si no se toman medidas «el programa de viajes del Imserso no existirá, los mayores se quedarán en su casa, los empleos se perderán y los hoteles cerrarán porque tienen que elegir entre cerrar o trabajar a pérdidas». Son datos basados en la escalada de precios que asola España desde hace casi un año, pero que la ministra no quiere escuchar.
Los viajes del Imserso cuentan con casi 40 años de historia y han permitido a muchas personas mayores viajar. Permiten mantener abiertos en temporada baja unos 350 hoteles y un centenar de balnearios. Se calcula que gracias a este programa se mantienen 100.000 empleos, generando un impacto económico de 600 millones de euros. Todo eso es lo que está en el aire por la obstinación de una responsable política que vive alejada de la realidad diaria de empresarios y mayores.
BUSCANDO ALTERNATIVAS
A la vista del nulo apoyo que recibe del Gobierno, el sector turístico se está buscando la vida por su cuenta. Los hoteles de la Comunidad Valenciana reclaman al Gobierno de España incluir el programa de Vacaciones de Mayores del Imserso dentro del paquete de iniciativas de sostenibilidad económica que inició el Consejo de Ministros el pasado lunes.
Desde Hosbec se afirma que, tal y como ha hecho con el transporte de mercancías por carretera, inyectando 450 millones de euros de ayudas directas al sector para avanzar en la sostenibilidad económica, el sector hotelero vacacional necesita medidas urgentes y extraordinarias de actualización económica del principal programa de vacaciones de invierno en el mercado nacional.
«No nos podemos quedar en la anécdota de la reducción de la temperatura del aire acondicionado, sino que hay que actualizar precios y aportaciones para soportar el incremento de los costes directos y mantener el empleo en todas las zonas turísticas» ha indicado Toni Mayor, presidente de Hosbec.
Pero por si no consiguen convencer al Ejecutivo, los hoteleros valencianos ya han movido ficha juntos con las organizaciones de mayores y empiezan a trabajar en programas de viajes alternativos ante el desastre que se avecina. El presidente de la Federación Española para la Defensa de Personas Mayores (Fedepem), Marcelo Cornellá, y los responsables de la patronal hotelera de la Comunidad Valenciana (Hosbec), Toni Mayor y Nuria Montes han iniciado ya contactos que continuarán en próximas semanas.
De momento se han sentado las bases de un programa de viajes senior de carácter privado que, por un lado, continúe con la labor social de potenciar la actividad de los mayores y que, por otro, contribuya a «mantener abiertos establecimientos hoteleros durante el invierno con el correspondiente mantenimiento del empleo y de la actividad en un marco económico ajustado a la realidad que vivimos» tal y como afirma Mayor.