En el sector de la construcción las cosas no parecen ir demasiado bien. No hace mucho, el Banco de España (BdE) alertaba que los datos de la EPA (Encuesta de Población Activa) demostraban que la ocupación “se desaceleró con intensidad”. Un parón forzado por las difíciles condiciones macroeconómicas. Pero también por la decisión bancaria de cerrar el grifo para financiar a promotores y constructoras. De hecho, las tres grandes entidades del país (Banco Santander, BBVA y CaixaBank) restringieron el crédito en más de 2.000 millones de euros en el primer semestre de 2022.
DRÁSTICO Y EN POCO TIEMPO
Un recorte drástico que se ha ejecutado en muy poco tiempo, apenas unos meses, y que deja dos claves. La primera es que la banca apunta, por primera vez en muchos años, que el deterioro económico es serio. Al fin y al cabo, un hachazo del 20% a la financiación de proyectos de promoción inmobiliaria en un año, entre el 12 y el 15% en el semestre, es muy severo. De hecho, las cifras de 2020 y de 2021 se habían mantenido más o menos estables, aunque se apreciaba una pequeña caída el año pasado. Ahora, el tijeretazo ha sido considerable.
la segunda derivada es que muchos proyectos corren peligro de no salir adelante
Lo anterior, lleva hasta la segunda derivada: muchos proyectos corren peligro de no salir adelante. La promoción inmobiliaria es un negocio intensivo en capital, que necesita fuentes continuadas de financiación. En España, ese flujo de dinero para la construcción proviene principalmente de los bancos, por lo que cuando cae drásticamente termina arrastrando a todo el sector. Finalmente, aparecen efectos de segunda ronda como la caída de la actividad en otras áreas o la escasez de vivienda en un futuro, que tensiona los precios de la vivienda al alza.
LAS PREOCUPANTES CIFRAS DE BBVA
Por ello, el intenso recorte de la banca en el crédito promotor es realmente preocupante. En total, mientras que hace un año se habían entregado a promotores préstamos por valor de 11.385 millones, en los primeros seis meses de 2022 apenas ha llegado a los 9.300 millones. Y es más que probable que de cara al segundo semestre, la cifra sea todavía inferior.
A la cabeza del recorte se situó CaixaBank
A la cabeza del recorte se situó CaixaBank. La firma que preside José Ignacio Goirigolzarri y que ahora es el mayor banco español redujo el volumen de financiación otorgada a promotores en 1.154 millones de euros, al pasar de 6.236 millones a junio de 2021 a 5.082, lo que supone una caída del 18,5%. Sin embargo, se mide en términos porcentuales, el mayor hachazo a la financiación destinada a promotores fue el ejecutado por BBVA. En concreto, la firma que preside Carlos redujo su volumen de préstamos hasta un 19,8%, al pasar de 2.448 a 1.962 millones.
MÁS PREOCUPANTE BBVA
El recorte ejecutado por la entidad vasca es quizás todavía más preocupante que la de CaixaBank, no solo porque es mayor proporcionalmente, sino porque viene obligado por la mala evolución de sus registros de mora. Así, BBVA ha visto como el saldo vigente de refinanciaciones y restructuraciones dedicados a la construcción y promoción inmobiliaria se ha casi duplicado al pasar de 330 millones a 527, el 90% de esa cifra ya está, además, catalogado como dudoso.
El saldo de BBVA sobre refinanciaciones y restructuraciones construcción y promoción se ha casi duplicado
Por su parte, Banco Santander es el que proporcionalmente menos ha recortado en crédito promotor. En concreto, la firma que preside Ana Botín lo hizo en un 15,8%, lo que le ha supuesto pasar de 2.701 a 2.272 millones. Un registro más pequeño que el de sus pares que se debe, especialmente, a que no se ha visto tan afectado en cuanto a un incremento de la morosidad.
LA BANCA ESTÁ ATACANDO AL CICLO INMOBILIARIO
Aun así, la firma cántabra también ha tenido que ajustar su libro de préstamos. Tanto de cara a la evolución durante esos primero meses de 2022 como de cara a lo que debería venir en los próximos meses. Pero eso, de nuevo, solo son los primeros efectos del recorte del crédito: menor actividad, menor empleo y proyectos y empresas con dificultades. Los siguientes, de segunda ronda, pueden terminar siendo más problemáticos. En especial, en el efecto que tenga sobre la oferta de viviendas en los próximos años.
La construcción de una vivienda tiene una duración media de dos años
Así, el ciclo inmobiliario suele estar supeditado al largo plazo. La construcción de una vivienda tiene una duración media de dos años, aunque puede tardar bastante más. Entonces, los proyectos parados ahora o que no salgan adelante se traducen en menos viviendas disponibles para entonces, lo que encarece su precio. En concreto, los más de 2.000 millones que han paralizado BBVA, CaixaBank y Banco Santander se traducen, grosso modo, en unas 20.000 viviendas menos o en una reducción de la oferta necesaria del 10%. Ese porcentaje afecta posteriormente al precio.
LAS HIPOTECAS
Pero la banca no solo afecta al ciclo inmobiliario a través de la financiación de la construcción, sino a través de la concesión de hipotecas. Un apartado en el que tras años al alza parece estar a punto de recortar. Por el momento, la entidades ya han empezado a endurecer las condiciones para conceder créditos para la compra de una casa. Aunque eso no se ha traducido en menores volúmenes, ya que la demanda todavía es alta. Pero no parece que durará mucho. De hecho, el BdE alertaba en un informe reciente que: “La demanda de crédito hipotecario se reducirá considerablemente, rompiendo la tendencia ascendente que venía registrándose en este segmento desde el segundo trimestre de 2021”.
En definitiva, otra nueva ronda de noticias negativas para una economía española que cada vez tiene más difícil brillar como se esperaba en el cierre del 2022.