Si sueles hacer una compra semanal o quincenal, significa que tienes que ingeniártelas para almacenar todos los alimentos en la despensa, los armarios y el frigorífico para que aguante lo suficiente hasta el día de consumirlos. Seguramente muchos de esos productos irán directamente al congelador, y así podemos recurrir a ellos en cualquier momento sin preocuparnos tanto de que se nos pase la fecha. El problema de esto es que no todos los alimentos se pueden congelar. En algunos casos, congelarlos implica perder textura y sabor, y en otros, en contra de lo que solemos pensar, las bajas temperaturas pueden favorecer la proliferación de ciertos patógenos.
8HUEVO, LECHE Y QUESO
Estos tres productos de origen animal no responden muy bien a la congelación, ya que cambia su textura. Lo mejor es conservarlos en el frigorífico y consumirlos frescos en el plazo recomendado. No obstante, algunos tipos de quesos duros si pueden congelarse protegidos en un papel de plástico. En caso de necesidad también se puede hacer con el huevo, eso sí, sin la cáscara (por ejemplo cocido).