El Ministerio de Educación ha presentado a las comunidades autónomas una nueva prueba de acceso a la universidad, que incluye un modelo transitorio durante tres cursos, hasta llegar al definitivo en 2027. De esta manera, la nueva Selectividad incluiría la mitad de exámenes y una prueba de madurez.
La Selectividad
La Selectividad siempre ha sido uno de los tragos más amargos que hemos tenido todos en nuestra adolescencia. Siempre, al acabar segundo curso de Bachillerato, nos tenemos que enfrentar a esta última prueba antes de entrar a la Universidad. Quebradero de cabeza para todo el que se enfrenta a ella, es sin duda una de las pruebas más importantes y trascendentales de nuestra vida, ya que marcará nuestro futuro académico, y como no, profesional. Ahora, el Ministerio de Educación ha decidido proponer a las comunidades autónomas ciertos cambios, que pueden transformarla por completo a medio plazo.
La nueva propuesta del Gobierno
Una nueva ley educativa y una nueva forma de organizar la Educación. El Gobierno ya tiene lista la propuesta para adaptar esta prueba de la Selectividad, que ya ha mandado a la Lomloe. De hecho, son dos las propuestas. Habrá un modelo transitorio que dure unos tres años y luego, el definitivo, se instaurará ya a partir del curso 2026-2027.
Doble propuesta para cambiar Selectividad
Los cambios más significativos que serán la reducción a la mitad del número de exámenes y la introducción una prueba de madurez académica, sobre la que pivotará una parte importante de la prueba, y en la que “se valorarán principalmente las destrezas asociadas al ámbito lingüístico [castellano, lengua propia si la hubiera y lengua extranjera], y que pretende evaluar principalmente la madurez académica del alumnado”, según ha podido saber ‘El País’. Sin embargo, las pruebas, tendrán un enfoque competencial, más aplicado. Lo que no cambia es la ponderación de la prueba de acceso en comparación con la final. Bachillerato seguirá valiendo el 60% y la Selectividad el 40.
Dos fases
De esta manera, durante la primera fase de transición tendremos un bloque con tres exámenes (Filosofía, Historia y uno elegido por el alumno, según su itinerario en Bachillerato). También tendrán un cuarto ejercicio, la prueba de madurez. Será “de carácter general en el que en estos tres primeros cursos se valorarán principalmente las destrezas asociadas al ámbito lingüístico”. Cada uno de estos exámenes valdrá el 25% de la nota final de Selectividad.
Primera fase de esta nueva Selectividad
Una vez que esta primera fase que servirá de transición acabe, se pasará a la fase final. Sobre esto, el Ministerio recalca que ellos no quieren introducir cambios más rápido de lo que el sistema en general los pueda absorber. Este modelo final girará en torno a la prueba de madurez, que contará un porcentaje definitivo del 75% de esa nota final de Selectividad. Por ese mismo camino se caerán los exámenes de esas materias comunes que tantos problemas daban, ya que “se construirá sobre las competencias específicas de todas ellas”. El 25% restante corresponderá a un tercer examen, de una materia de una modalidad.
La prueba de madurez académica
Esta prueba de madurez económica que se quiere implantar en la nueva Selectividad “constará de dossier formado por una serie de documentos (textos, imágenes, infografías, gráficos, tablas, audiovisuales, etc.) que girarán todos ellos en torno a un mismo tema, y en el cual se pedirá al alumnado que realice un análisis desde diferentes aspectos y perspectivas, respondiendo a diversos tipos de preguntas (cerradas, semiconstruidas y abiertas). Se pretende valorar la capacidad del alumnado para analizar, valorar, extraer información o interrelacionar toda esa documentación, de forma más o menos guiada a través de las preguntas o propuestas”, según ha explicado el propio Ministerio.
Más sobre esta nueva prueba para Selectividad
La que será ya conocida como prueba de madurez académica será el eje sobre el que gire la nueva Selectividad. Va a acaparar hasta un 75% de la nota final del examen y en esta parte se van a evaluar las materias comunes. Se va a dividir en tres fases. La primera, se analizará el dossier que se reciba de cada alumno, que será una serie de documentos en varios formatos durante 15 minutos. Después de esto, habrá una serie de preguntas, algunas en idiomas extranjeros, con un carácter más cerrado, y que irán destinadas a evaluar la “capacidad de pensamiento crítico, reflexión y madurez del alumnado”. Para esta fase, los alumnos dispondrán de un tiempo total de 40 minutos. Y ya por último, habrán tres preguntas abiertas que exigirán que los aspirantes construyan y desarrollen una respuesta durante un total de 45 minutos.
Reforma completada
Tanto en este modelo transitorio como en el que habrá definitivo para esta nueva Selectividad, habrá una segunda parte, la llamada fase de admisión, voluntaria y gestionada por las mismas universidades. Como pasa ahora, cada uno de los centros aplica un coeficiente de ponderación de cada una de estas pruebas extras para sus grados. En esta última fase, solo podrán ir los alumnos que quieran subir nota para acceder a los grados que suelen estar más demandados por los mismos. En esta parte, no cambia casi nada. En el modelo actual, el alumnado puede optar una puntuación máxima de 14 en vez de 10, y que básicamente va a seguir siendo lo mismo.
Selectividad y la reforma de la prueba
Con la reforma de esta prueba de Selectividad, que tiene diferentes nombres dependiendo de la comunidad autónoma en la que se haga, el Gobierno completa así la reforma educativa que empezó con la Lomloe. Estos primeros cambios, que se harán desde el curso 2023-2024, responden a una necesidad de adaptar el examen a la nueva ley, que además, implica nuevas formas de evaluar y enseñar. Según explica Educación: “La implementación efectiva del aprendizaje competencial que proponen los nuevos currículos LOMLOE debe tener necesariamente un reflejo en el modelo de Prueba de Acceso a la Universidad”.
Una nueva uniformidad
Todo este proceso servirá para avanzar hacia una uniformidad en los exámenes por todas las comunidades del panorama nacional. Esto es una polémica muy recurrente año tras año cuando llega junio: “Permitirá un avance en la línea de una mayor homologación y equilibrio entre las pruebas planteadas, para asegurar que sean efectivamente equiparables entre los distintos territorios”, aunque “en ningún caso se plantea desarrollar una prueba unificada”.