En las noches más calurosas de verano, dormir con el ventilador encendido es un de las soluciones más frecuentes. La temperatura ideal para conciliar el sueño y poder descansar bien, debe estar por debajo de los 21 °C algo que es imposible después de toda una jornada con los termómetros rondando los 40 °C. Airear la casa por la mañana temprano y por la noche a última hora puede ayudar a bajar algún grado, pero después de muchos días de ola de calor, los hogares lo han absorbido y es obligatorio recurrir a tecnologías para aclimatar un poco el interior.
5CONTRACTURAS POR CULPA DEL VENTILADOR
Otro efecto asociado al aire constante del ventilador, son los dolores musculares. Aunque no lo parezca, por no tratarse aire frío como el de los aparatos de aire acondicionado, el flujo que emite un ventilador puede hacer que los músculos se tensen mientras estamos durmiendo. Esto puede dar lugar a que nos levantemos con una desagradable contractura o dolor muscular en alguna parte del cuerpo, siendo el cuello una de las zonas más sensibles. Esto se puede agravar si durante el día hemos sudado mucho y no hemos recuperado suficientes sales minerales, ya que este déficit afecta directamente a los músculos.