En las noches más calurosas de verano, dormir con el ventilador encendido es un de las soluciones más frecuentes. La temperatura ideal para conciliar el sueño y poder descansar bien, debe estar por debajo de los 21 °C algo que es imposible después de toda una jornada con los termómetros rondando los 40 °C. Airear la casa por la mañana temprano y por la noche a última hora puede ayudar a bajar algún grado, pero después de muchos días de ola de calor, los hogares lo han absorbido y es obligatorio recurrir a tecnologías para aclimatar un poco el interior.
3SEQUEDAD DE PIEL Y GARGANTA
La sequedad de piel y garganta es otra de las desventajas de dormir con el ventilador puesto toda la noche. Al fin y al cabo estamos expuestos durante 7 u 8 horas seguidas a una ráfaga de aire constante, y esto tiende a resecar las mucosas. Algo que empeora en las personas que tienen tendencia a dormir con la boca abierta. Si te levantas por la mañana con dolor de garganta, ese puede ser el motivo.