El San Jacobo es una receta clásica que, sin embargo, pocas veces hacemos en casa. En muchos hogares se recurre a comprarlo congelado, lo cual es un error, porque la versión casera es mucho mejor.
Se tarda muy poco en elaborar estos filetes y, si lo haces bien, te va a quedar casi casi tan rico como un cachopo. Así que no se hable más, ponte el delantal y ponte manos a la obra, porque vas a sorprender a todos con el resultado.
1Una receta muy versátil
Siempre que pensamos en los San Jacobos nos vienen a la cabeza los rellenos de jamón y queso, pero lo cierto es que es una receta muy versátil que puede prepararse de cientos de maneras diferentes.
Una vez que conozcas los pasos básicos para su elaboración puedes ir haciendo diferentes pruebas con otros rellenos. Seguro que vas a encontrar una versión única que encante en tu casa.