Se ha juntado el lado bueno y el malo: el bueno, que tras las restricciones de la pandemia, hay total libertad para viajar, además de que muchos pudieron ahorrar en esos meses de no poder salir, para ahora darse las mejores vacaciones en años; el malo, que al final en muchos casos ese ahorro se lo ha comido en parte la inflación, cuando no la crisis económica en ciernes. Muchas familias, ahora que podrían, económicamente tienen que volver a quedarse en sus casas o bien realizar unas vacaciones más breves y económicas. Para unos y otros, os damos unas pautas y trucos para que esos problemas no impidan pasar las mejores vacaciones posible, y sobre todo que los que renunciaba a sus días de asueto puedan escaparse sin que su bolsillo sufra en exceso.
7Y SI NO, PUEDES ESPERAR A QUE ACABE EL VERANO…
Si, supongo que sabes a qué nos referimos. Si, a viajar en temporada baja. Cada vez más familias, parejas y personas lo hacen. Si en tu trabajo o actividad no estás obligado a tomarte las típicas vacaciones de Navidad, Semana Santa y verano (principalmente en agosto), empieza a pedir días en meses menos masificados y demandados, y por tanto más baratos. Ya con irte en septiembre las diferencias pueden ser muy grandes, pero no digamos si te vas un febrero o un noviembre, por poner ejemplos. Incluso por la ubicación del destino te puede dar igual porque allí hace buen clima.
De cualquier forma, si lo puedes compaginar en el trabajo y con la familia (si tu mujer trabaja, sobre todo), podrás hacer viajes inaccesibles en verano, ahorrando tanto en los billetes de avión sobre todo (no digamos ya si partís en días de diario) como en destino (hoteles y alojamientos).