Belén Esteban es uno de los rostros televisivos más atrayentes para la prensa rosa. Su nombre continúa siendo uno de los más buscados en la red. Su popularidad ha alcanzado cotas inimaginables. Parece no tener límites. Pocos recuerdan cómo era su rostro aquella mañana en que salió cogida del brazo del torero Jesulín de Ubrique, en 1998. Su ruptura con el popular torero la llevó a la prensa rosa primero y a las televisiones después, medio de vida que no ha dejado en ningún momento y que ha dado algunas de las imágenes más recordadas de los programas del coración. Sin embargo, lo que más llama la atención es su evidente cambio físico. Vamos a analizar la misteriosa evolución de la cara de Belén Esteban en estos veinte años, siguiendo cada uno de sus cambios de imagen y operaciones estéticas.
2DE AMOR EN AMOR, A LAS PORTADAS DEL CORAZÓN
Los primeros grandes cambios en el rostro de Belén Esteban comenzaron a notarse en cada una de las portadas y colaboraciones que realizaba en los diversos programas del corazón. Poco a poco, el dulce rostro de aquella joven iba dando paso a unos rasgos cada vez más marcados y a una exhibición aún mayor a medida que aumentaba su popularidad. Por aquel entonces recibió el que será su apodo universal: ser «la princesa del pueblo». También, poco a poco, fue moldeando su figura, más torneada y más delgada en cada nueva aparición.