La constructora de Florentino Pérez sigue inmersa en la desinversión de activos y con la mirada puesta en Estados Unidos y Australia. La estrategia de ACS de seguir generando pedidos gracias a ambos países y de deshacerse de grandes proyectos prescindibles hace que la compañía posea un escudo contra la incertidumbre del mercado. Asimismo, podría utilizar los grandes ingresos que espera reportar para la inversión en el desarrollo de proyectos renovables.
ACS sigue perdiendo en el acumulado anual, dejándose un 6,5% de su valor desde enero de 2022. La mayor caída registrada se dio en el mes de junio, marcado por la elevada inflación y las subidas de tipos anunciadas por los bancos centrales para hacer frente al alza de precios. A esto hay que sumarle la reciente multa que la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) a seis constructoras españolas, entre las que se encuentra ACS, por manipular durante 25 años contratos públicos. Aunque la noticia no ha reflejado un impacto negativo en su cotización.
Si bien es cierto que el contexto económico ejerce presión sobre las firmas del sector, especialmente por los elevados costes, la estrategia de expansionista en mercados importantes y sus desinversiones clave de ACS le ha servido a la compañía para protegerse ante la incertidumbre. Así lo consideran algunos expertos, que ven en la constructora un valor al que no perder de vista en los próximos meses.
Creemos que el giro estratégico de ACS hacia EE.UU. y Australia tiene un gran potencial, dada la sólida cartera de pedidos y las perspectivas de proyectos de infraestructuras de la Ley de Inversión en Infraestructuras y Empleo del Presidente Joe Biden», explican los analistas de Bloomberg Intelligence en un reciente informe.
EL ESCUDO DE ACS ANTE LA INCERTIDUMBRE DEL MERCADO
La compañía de Florentino Pérez lleva meses adjudicándose contratos millonarios en territorio australiano, a través de su filial Cimic y su subsidiaria Thiess, y en Estados Unidos gracias a las filiales Turner, Dragados o Flatiron entre otras. Solo en el mercado norteamericano cuenta con una cartera de obra de hasta 29.600 millones de euros (a 31 de marzo), destacando proyectos como el aeropuerto de San Diego (California) o los viaductos de Hampton Roads (Virginia).
Se trata de mercados que están engordando la cartera de pedidos de una ACS que, junto con las desinversiones realizadas en los últimos meses, se ha prevenido ante las consecuencias de una posible recesión. Con la venta a Vinci de su negocio de energía, ACS ha cerrado su escisión del segmento de Servicios Industriales y se ha embolsado 4.900 millones de euros más una plusvalía de 2.900 millones de euros.
Asimismo, el grupo constructor también ha realizado una reciente venta en Alemania. Se trata de la participación del 49% de la autopista A7 entre Hamburgo y Neumunster por parte de Hochtief, de la que ACS es accionista mayoritario. La venta se ha realizado al fondo BBGI Global Infrastructure y el proyecto en su momento alcanzó una inversión a inversión de 600 millones de euros, tal y como ha informado El Economista.
Cifras elevadas con las que poder gastar en inversiones en proyectos con futuro como las energías renovables o seguir reforzándose en otros mercados. «Los ingresos podrían utilizarse como escudo contra la incertidumbre de la invasión rusa de Ucrania e invertirse en el desarrollo de activos renovables, ya sea en asociación con Vinci o mediante una mayor exposición a las concesiones de autopistas», destacan los analistas.
SE ESPERA UN REPUNTE PROLONGADO DE LOS BENEFICIOS
En este sentido, los expertos esperan un «repunte prolongado y sostenible de los beneficios de ACS en el segundo trimestre«. Los motivos tienen que ver con la contribución de los ingresos de los proyectos clave, la apreciación del dólar y el retorno del tráfico a las autopistas, uno de los principales motores económicos del grupo.
«Además, la construcción de infraestructuras parece estar preparada para un repunte en el segundo trimestre en comparación con los niveles del año anterior, incluso con los desafíos en el lado de los costes. Un ebitda de la construcción saludable puede ayudar a los beneficios, con el potencial de que la fuerte cartera de proyectos de Norteamérica impulse la construcción (55% de la cartera de pedidos desde el 44%)», añaden desde la firma de análisis.
Cifras muy positivas para los analistas, que vaticinan un buen final de año para la constructora española. Cabe destacar también el aumento de la relación entre la cartera de pedidos y la construcción en 25 meses que, según apuntan los expertos ofrece una mayor visibilidad y «sugiere una recuperación total en 2022«.
El optimismo en cuanto a una recuperación definitiva de ACS es compartido por diferentes firmas de inversión que siguen apostando por la compra del valor. El consenso de mercado que recoge Bloomberg refleja que un 61,1% de las casas análisis aconsejan comprar sus títulos y un 33,3% recomienda mantener el valor en cartera. Tan solo el 5,6%, es decir, una entidad, opta por salir de ACS y vender sus acciones. En este sentido, el precio objetivo medio se sitúa en los 30,41 euros, lo que otorga un potencial alcista del 41,3%.