IAG sigue acumulando problemas en plena temporada de verano. La compañía vuelve a caer en Bolsa en el inicio de una semana marcada por la incertidumbre en los mercados. Las cancelaciones, los recortes de vuelos, el elevado coste del combustible, la falta de personal y los sueldos son factores que ponen en riesgo la esperada recuperación para la empresa que preside Luis Gallego. Una recuperación en la que las aerolíneas low cost tienen ventaja sobre las tradicionales en un contexto de inflación al alza que aumenta el coste de la vida.
La compañía formada por Iberia, British Airways y Vueling, entre otras, se enfrenta a un verano de incertidumbre. Pese a haber pactado con los sindicatos para evitar la huelga a finales de julio, los frentes abiertos a corto plazo todavía suponen un posible freno a los beneficios de la compañía. Mientras cierra la compra total de Air Europa por parte de la matriz, centrar sus esfuerzos en la firma de bajo coste es una de las oportunidades de crecimiento que tiene por ahora.
El aumento de la inflación, la inminente caída del consumo y las consecuencias de las cancelaciones de vuelos apuntan a una recuperación de beneficios mucho más difícil para IAG«, explican los analistas de Bloomberg Intelligence en un reciente informe. En este sentido, el consenso de mercado prevé que el ebit del grupo alcance en 2023 el 61% del nivel logrado en 2019. Unas cifras que pueden estar en riesgo, «debido a los costes de combustible y los salarios presionados por la escasez, los sindicatos y las amenazas de huelga».
LOS PROBLEMAS DE PERSONAL DE IAG
La firma de análisis cree que todas las dificultades que presenta el grupo pueden reflejarse en problemas para reducir los costes unitarios a niveles de 2019, año prepandemia, incluso si llega a recuperar la capacidad registrada en ese año. «La compañía ha externalizado tareas para garantizar unos costes más variables, pero los terceros están teniendo sus propios problemas, como el handling en Londres Gatwick«, explican.
En este sentido, los errores de cálculo de British Airways y sus proveedores respecto al personal necesario es ahora una dificultad añadida. Después de los 10.000 despidos a causa de la pandemia del Covid-19, la compañía no ha cubierto las vacantes con la suficiente rapidez para hacer frente a todos los billetes vendidos. Esto supone más costes costes de contratación, una mejora de los procesos y cancelaciones de vuelos.
Sólo en este último aspecto, de las 40.000 cancelaciones de este verano en Europa 25.000 se producen en British Airways, easyJet y Lufthansa. El aumento del recorte de su capacidad hasta octubre del 11% hasta el 13% respecto a 2019, hace también que las estimaciones que se tenían para un verano que se presuponía de récord, puedan revisarse a la baja si estas cancelaciones continúan.
«Por otra parte, el límite de las tasas de aterrizaje por pasajero de Londres Heathrow se ha disparado un 37% este año, aunque el aumento respecto a 2021 se suavizará hasta el 20% en términos reales en 2026», añaden los expertos. Además, British Airways se enfrenta a un riesgo de reputación frente a aerolíneas de bajos coste, que proporcionan servicios básicos a un precio más barato. Es por ello que la elevada inflación que hace más caro el coste de la vida beneficia a la cuota de mercado de las low cost, en detrimento de las compañías tradicionales.
EL COSTE DEL COMBUSTIBLE PONE EN RIESGO EL BENEFICIO EN 2023
Un problema para el que Vueling puede ser la solución del grupo a corto plazo, ya que cuenta con buena cuota de mercado en España en los viajes de corto radio y su recuperación está siendo mejor que la de las grandes firmas del grupo. Más allá de los precios de los billetes, los costes laborales y los precios del combustible siguen poniendo en riesgo el beneficio de IAG para 2023, según los analistas de Bloomberg.
«En un escenario que incluye los precios actuales del combustible para aviones frente a los de 2019, las posiciones de cobertura y una retroalimentación de la curva del petróleo, nuestra estimación del coste del combustible por asiento-kilómetro disponible (CASK) para 2023 está un 16% por encima del consenso, con un 157% del nivel prepandémico», aseguran los expertos.
Además, suponiendo que el CASK de personal, aeropuerto y manipulación sean un 5% más altos en comparación con 2019, el CASK global antes de la depreciación podría ser un 13% más que en 2019, o un 10% por encima del consenso implícito, tal y como señalan los analistas en el informe.
SIGUE CONTANDO CON EL RESPALDO DE LOS ANALISTAS
La cotización del holding de aerolíneas ha vuelto a caer al inicio de la semana y ya acumula un descenso del 18% desde junio, que se eleva al 27% en el acumulado anual. El consenso de mercado sigue siendo optimista con IAG y algo más de la mitad de las firmas de análisis aconsejan comprar el valor, esperando que remonte el vuelo en los próximos meses. El resto muestra más cautela y recomienda mantener el valor en cartera, con fe en que las acciones de la compañía despeguen una vez se estabilice la economía y haya menos incertidumbre en el mercado.
Esto se traduce en un precio objetivo medio de 2.08 euros, lo que supone actualmente un potencial alcista del 66%. Se trata de un retorno a doce meses vista que puede resultar muy atractivo a inversores que estén con la mirada puesta en los valores turísticos, aunque también se debe a que es una de las firmas del Ibex 35 que más valor de mercado se deja desde enero de 2022. En cualquier caso, las firmas de análisis no repliegan velas con IAG y creen que la esperada recuperación llegará.