Los embutidos no son el alimento más saludable, pero también es cierto que son muy populares en la gastronomía española. Existe un amplio abanico de sabores diferentes (salchichón, chorizo, caña de lomo, sobrasada, fuet, pechuga de pavo, pollo, jamón cocido,…), con varias calidades. Desde los más baratos hasta los confeccionados con carne de cerdo ibérico 100% criados con bellotas.
Todos son un placer. Pero… ¿existe mucha diferencia entre los embutidos de las carnicerías a los de los supermercados? ¿Cuáles son los mejores embutidos del supermercado? A todo eso ha querido contestar la OCU con un nuevo análisis de los productos que encuentras habitualmente en los supermercados españoles.
5Identificar los embutidos
Es importante que sepas identificar los embutidos y derivados cárnicos cuando vas a comprar al supermercado. Eso te ayudará a realizar una mejor elección para tu salud.
Los embutidos se pueden catalogar en cuatro grandes grupos:
- Con carne: son aquellos que contienen porciones de carne o carne picada, como el salchichón, salchichas, sobrasada y chorizo. Esta carne se mezcla con grasa y aditivos que pueden ser químicos o naturales (principalmente especias). Esta composición los hace poco saludables, por su alto contenido en grasa y los posibles aditivos poco saludables que puedan tener.
- De sangre: contienen sangre del animal, como es el caso de la morcilla. Esto también es indicativo de que no son saludables, ya que suelen tener bastante grasa.
- De vísceras: en este grupo destacan las longanizas, así como algunas salchichas y sabadeñas. Son similares a los de carne, pero además contienen algunos triturados o trozos de vísceras (hígado, riñones,…), lo que las hace aún menos saludables que los de carne.
- Fiambres: es un grupo muy amplio y variado, desde el chopped o la mortadela, entre los menos saludables, hasta los más saludables como el jamón york, pechuga de pollo, etc. Si son de pieza única de carne, serán los más saludables que puedas comprar.
Mientras mayor porcentaje de carne tengan, mejor. Los que tienen bajas proporciones suelen integrar otros ingredientes menos saludables para abaratar costes, ahí es donde está el peligro.
