Las latas de conserva llevan años haciéndonos la vida más fácil, ya que nos permiten almacenar comida perecedera durante mucho tiempo sin que se estropee. De hecho, es un fantástico invento del ser humano, cuya patente se atribuye a un comerciante inglés de apellido Durand. Las personas de cierta edad recordarán que hubo un tiempo en el que las latas iban acompañadas de una especie de llave con una hendidura, en la que se colocaba una punta que sobresalía de la lata y se giraba sobre sí misma para ir enrollando la tapa.
4CON UN CUCHILLO
Otra forma de abrir una lata si se ha roto la anilla y no tenemos abrelatas, es con un cuchillo. Para ello hay que sujetar el cuchillo por el mango con fuerza y colocarlo en el borde interior, más menos en la zona donde se abriría con el abrelatas. Colocamos la punta del cuchillo agarrándolo con firmeza y le damos un pequeño golpe para que la punta se clave y perfore un agujero.