Los inversores esquivan a las empresas de cargadores eléctricos, como Wallbox. La cotizada catalana de Wall Street ha perdido el beneplácito del mercado y el precio de las acciones se sitúa por debajo de su estreno bursátil, en septiembre del pasado año. Wallbox recibió por entonces 250 millones de dólares para realizar inversiones, pero la compañía se está comiendo este dinero para expandir y desarrollar su negocio forzando la máquina.
Sin embargo, los accionistas se desprenden de los títulos con rapidez. Desde enero, su caída se ha agudizado más de un 45% y el precio de sus papeles cotizados ha perdido más de un 9% desde que iniciara su andadura bursátil. Desde máximos, el desplome es del 52%. «Completamente desconectada del mercado, aunque su plan de negocio se esté cumpliendo«, han indicado fuentes del mercado sobre la compañía dirigida por Enric Asunción y cuyo máximo accionista es Iberdrola, presidida por Ignacio Sánchez Galán, según los datos de Bloomberg a cierre de marzo.
Wallbox sigue sin encontrar suelo
La compañía «no encuentra suelo» y ha perforado «todos los soportes conocidos», han sostenido. En este sentido, los analistas consideran que hasta que no recupere la zona de los 10 dólares por acción no habrá esperanza para los alcistas, aunque no descartan rebotes si finalmente entra dentro del plan Biden.
LOS CARGADORES ELÉCTRICOS, COMO WALLBOX, DE CAPA CAÍDA
Y es que, este sector está registrando un momento complejo. Por un lado, Estados Unidos se había puesto como objetivo reducir la producción de vehículos de combustible en favor del eléctrico. Ahora, con los precios de la luz por las nubes, la teoría ha cambiado por completo. En Europa, por su parte, se eliminarán los nuevos vehículos de combustión a partir de 2035.
Las fuertes caídas de Wallbox se producen, además, en un momento de incertidumbre en la economía real. El riesgo de recesión acecha a su principal mercado, Estados Unidos, tras la caída del PIB durante los primeros tres meses del año. El declive económico, con un parón del consumo, hará que la compra de vehículos eléctricos se paralice. Asimismo, otro de los datos que más preocupan en el sector donde opera el unicornio catalán es el encarecimiento de estos coches. Y es que, los fabricantes están disparando los precios. El Model 3 de Tesla, uno de los más vendidos por su precio más económico hace años, alcanza casi los 60.000 euros, frente al Model S, con 105.000 dólares. No sólo se ha producido en Tesla, sino también en Ford y General Motors.
PRECIOS MÁS CAROS Y LA AMENAZA DE LA RECESIÓN, UN ESCENARIO COMPLEJO PARA WALLBOX
El precio medio de estos coches necesarios para la transición energética y dejar de depender del petróleo se sitúa en los 54.000 dólares en Estados Unidos, un 22% más que hace un año. Los de gasolina, por su parte, se han incrementado en un 14%, hasta los 44.000 dólares. Estas subidas se producen por el aumento de las materias primas y especialmente de las baterías, cuyos componentes continúan siendo escasos; y cuya demanda está disparada pese a los precios de la luz. Sin embargo, el combustible tampoco se queda lejos. El precio del galón -la medida utilizada en Estados Unidos y equivalente a unos 3,7 litros- se sitúa en los 4,84 euros. Sin embargo, el litro de la gasolina se sitúa en los 1,3 euros, casi la mitad que en España.
Asimismo, el sistema de la red eléctrica en Estados Unidos difiere del europeo, y concretamente del español, donde el suministro está garantizado y sin apagones. Wallbox sacó al mercado su solución para hacer frente a los cortes de luz, pero los inversores dan la espalda a este hecho. Y es que, a pesar de la demanda, la compañía catalana tiene una alta competencia. Por un lado, en Reino Unido hay hasta diez grandes empresas situadas por encima de Wallbox. En Estados Unidos, a nivel residencial, mantiene el liderazgo, pero sin un fuerte crecimiento en las ventas de coches eléctricos no habrá instalaciones en los hogares.
WALLBOX TENDRÁ QUE DAR HASTA CUATRO PUNTOS DE CARGA POR EQUIPO
Por otro lado, Wallbox ha fiado gran parte de su desarrollo al terreno público. El plan de la Administración de Joe Biden para lanzar a Estados Unidos en la transición energética es el uso de los cargadores sin tener que utilizar las habituales aplicaciones tecnológicas, uno de los pilares de Wallbox para fidelizar a los clientes. La Casa Blanca inyectará hasta 5.000 millones de euros para la instalación de cargadores y fomentar el uso de los eléctricos. Las empresas, como la catalana, que busquen estas ayudas públicas tendrán que cumplir con unos requisitos mínimos y que difieren de la estrategia de la multinacional.
Para ello, habrá que instalar cargadores rápidos y disponer, al menos, de cuatro puertos para cargar simultáneamente hasta cuatro vehículos eléctricos. Los cargadores de Wallbox tienen tres cables diferentes, para adaptarse a cada tipo de toma de los vehículos eléctricos. Esto supondría modificar el diseño y permitir otras tres nuevas conexiones de cada tipo para evitar la ineficiencia en el uso. Cada uno de los cargadores debe tener un potencia de 150 kW o más. Con este requisito, Wallbox tendrá que llevar a cabo nuevas inversiones para poder cumplir con la normativa de seguridad. La Administración Biden espera así que estos cargadores eviten las colas, como se están viendo en numerosas estaciones de Tesla, entre otros.
Además, la carga a través de aplicaciones ralentiza el uso. Para Biden, es una barrera, ya que busca que sean como los surtidores actuales de gasolina, donde un vehículo para a repostar sin necesidad de tener registro previo. De esta forma, todas las aplicaciones deberán estar incluidas en una única plataforma para poder utilizarse sin tener que registrarse de nuevo. El objetivo de Biden es elevar el peso del vehículo eléctrico al 40%, para alcanzar el medio millón de ventas.
UN FUERTE COMPETIDOR EN WALL STREET
Este escenario es el mismo para todos los fabricantes de cargadores eléctricos. Sin embargo, el mercado sí está premiando a empresas como ChargePoint, al menos en este pasado mes de junio. Las subidas han sido del 7%, para después perder este recorrido en la primera sesión de julio.
Los analistas, no obstante, han mostrado sus dudas sobre este negocio provocando las ventas en el sector. Sin embargo, esta compañía tiene beneplácito de uno de los analistas más seguidos en el sector, Christopher Souther, quien inició cobertura sobre la acción a mediados de mes y disparando el precio objetivo a 20 dólares por título. Este precio se encuentra un 57% por encima de los niveles actuales.
Wallbox, por otro lado, ha mantenido las inversiones y se está pendiente a cierre de este semestre si Seaya ha mantenido su participación.