Es conveniente realizar una limpieza normal cada semana en tu casa y una más profunda cada mes o pocos meses. Sin embargo, aún así, por tiempo o despiste, siempre dejamos sin limpiar bien zonas más ocultas o de difícil acceso. Es el caso de las juntas del suelo. Es una zona muy propensa a que se acumule la suciedad y que lo vayamos dejando u olvidando. Al final, nos damos cuenta de lo desagradable y poco estético.
Pero hay un problema añadido. Precisamente, cuanto más se acumula y pasa el tiempo, esa suciedad costará más quitarla, con lo que al final optamos por buscar agresivos y costosos productos de limpieza. Como pasa para el resto de la casa, no te preocupes porque podrás ahorrar dinero quitándolo con productos caseros y naturales, sin elementos tóxicos. Te mostramos cómo y con qué.
6LA LEJÍA, EL MÁS CLÁSICO, TAMBIÉN PARA LAS JUNTAS DEL SUELO
No podía faltar, si bien comenzamos antes con los productos naturales y menos nocivos. En este caso, como el amoniaco, también requiere protección y precaución, pero desde luego quita y desinfecta cualquier cosa. En los casos más extremos de suciedad, con la lejía todo quedará impecable. La lejía actúa como un agresivo disolvente en la limpieza de los azulejos del baño y la cocina, ya que pulveriza de inmediato sarro y hollín acumulado en las ranuras de la cerámica. Veamos en concreto cómo utilizar la lejía para limpiar las juntas del suelo:
Lo primero es disolver 30 ml de lejía en medio litro de agua tibia. A continuación, aplica el líquido con un envase rociador o con una esponja sobre la superficie a limpiar. Una vez más, frota las juntas del suelo con un cepillo y deja reposar la lejía sobre la cerámica durante 5 minutos. Luego, lava con abundante agua y desinfectante.