España es un país con un patrimonio histórico extremadamente rico, lleno de cultura e impresionantes monumentos en prácticamente cualquier lugar que visites. Sin duda el que más, junto a Italia. Destaca por sus playas, paisajes, pueblos…, pero una de sus riquezas más reconocidas son las impresionantes y majestuosas catedrales que presiden cada una de las ciudades a lo largo y ancho del territorio de nuestro país.
En total, en España se contabilizan un total de 88 catedrales de todos los estilos arquitectónicos, desde el románico al barroco, pasando por el gótico, renacentista y el característico estilo mudéjar. Esto lo convierte en uno de los países más ricos del mundo en este sentido. Seas o no seas católico, visitarlas no te va a dejar indiferente gracias a su impresionante arquitectura, que las convierte en uno de los hitos artísticos más importantes de nuestro país. Aunque las más grandes y monumentales suelen encontrarse en las ciudades, lo cierto es que hay muchos pueblos en España con unas catedrales preciosas para visitar y aprovechar a hacer una escapada rural. Así que obviamos las grades catedrales de capitales como Segovia, Valladolid, Palma de Mallorca, Burgos, Sevilla…
5LA CATEDRAL MÁS PEQUEÑA EN UN PUEBLO BELLÍSIMO
Doble razón para visitarla. Pequeña pero impresionante. Es la Catedral de Roda de Isábena, que no solo es un atractivo turístico por sí misma sino también por estar situada en uno de los pueblos más bonitos de la provincia de Huesca, ya que posee uno de los conjuntos medievales más importantes y mejor conservados de Aragón, con un casco urbano lleno de pequeñas callejuelas y pasadizos, protegidas por unas murallas medievales que lo hacen tan especial. Pero de entre todas las joyas que podemos encontrar en esta localidad sin duda lo que más destaca es la Catedral de San Vicente de la Roda o, mejor dicho, ex catedral, considerada la más antigua de Aragón y la más pequeña de España.
Sin embargo, su pequeño tamaño no ha impedido que sea considerada como una de las más bellas de nuestro país. Su construcción comenzó en el siglo XI con un estilo románico aunque sufrió diversas modificaciones a lo largo de los siglos. Una de las partes más bonitas de este monumento es su claustro que, integrado en el resto del conjunto, la ha convertido en una de las catedrales con más encanto de España.