En pleno verano muchos disfrutan ya del sol, la playa, el aire libre y la piscina. Ya han abierto todas las públicas y privadas, y los que tiene que trabajar o son tan afortunados de tener una en su casa o urbanización, pueden zambullirse a diario para relajarse, en espera de poder ir a la playa. Sin embargo, como tantas cosas buenas que trae el verano: calorcito, sol, mucha agua… todo ello trae sus consecuencias y por tanto unos cuidados y precauciones. Pasa con el bronceado, con la hidratación, y en el caso de las piscinas con el cloro. Es un elemento químico necesario para la higiene y mantenimiento, pero un exceso del mismo es de lo más contraproducente para tu cuerpo. Veámoslo.
7¿CÓMO EVITAR EL NIVEL DE CLORO ALTO?
Lo primero para el control es espaciar convenientemente las mediciones, no hacerlas cada poco tiempo, ya que el cloro reaccionará con las bacterias de la piscina y va cambiando continuamente. Después de tratar la piscina o ajustar el pH, es preferible esperar hasta el final de un ciclo completo de filtrado antes de realizar nuevas mediciones.
El siguiente punto vital es la combinación con el oxígeno activo. Evita la sobredosis, eso sí, aunque sea compatible con el cloro. Para evitar una sobredosis de cloro, también puedes optar por un tratamiento con bromo, a ser no sólo más suave con tu piel sino con el medioambiente.