En pleno verano muchos disfrutan ya del sol, la playa, el aire libre y la piscina. Ya han abierto todas las públicas y privadas, y los que tiene que trabajar o son tan afortunados de tener una en su casa o urbanización, pueden zambullirse a diario para relajarse, en espera de poder ir a la playa. Sin embargo, como tantas cosas buenas que trae el verano: calorcito, sol, mucha agua… todo ello trae sus consecuencias y por tanto unos cuidados y precauciones. Pasa con el bronceado, con la hidratación, y en el caso de las piscinas con el cloro. Es un elemento químico necesario para la higiene y mantenimiento, pero un exceso del mismo es de lo más contraproducente para tu cuerpo. Veámoslo.
3OTRAS CONSECUENCIAS DEL CLORO EXCESIVO
Obviamente pueden estar más presentes en personas que pasan muchas horas en la piscina, como nadadores, jugadores de waterpolo, etc. En estos casos el cloro puede producir manchas marrones, caries o incluso debilitar el esmalte dental, que resulta ser la única protección que tienen los dientes de cara al exterior. Cuidar el esmalte es fundamental para evitar que los dientes sufran daños, por ello se recomienda cuidar la higiene bucal al volver de la piscina.