viernes, 22 noviembre 2024

La propaganda verde de Coca-Cola: ‘greenwashing’ en oceanos de plástico

El Grupo Coca–Cola es una de las multinacionales que más tiempo y dinero dedica a la cuestión de la sostenibilidad, haciendo gala de apostar por el reciclaje, eliminar el plástico de los envases, aumentar el uso de materiales reciclados, recoger toneladas de residuos y recuperar parte del agua que emplea para producir sus bebidas, así como combatir el cambio climático reduciendo las emisiones de sus fábricas. Al menos eso es lo que dicen las campañas publicitarias de la empresa, porque las organizaciones ecologistas aseguran que todo es fachada y que, en realidad, Coca–Cola es una de las líderes de la propaganda verde, conocida en todo el mundo con el término greenwashing.

EL MAYOR CONTAMINADOR DE PLÁSTICOS

Uno de los aspectos que más critican los activistas de Coca–Cola es que celebre el Día de los Océanos mostrando su orgullo por ayudar a los pescadores «que se han involucrado en la recogida de residuos marinos», cuando en realidad es la marca que más llena de basura en las playas. Al menos así es en Reino Unido, según una auditoría realizada por la organización de conservación marina Surfers Against Sewage (SAS).

No en la única asociación que critica a la multinacional por ello, el movimiento ecologista Break Free From Plastic (BFFP) asegura que Coca-Cola es el mayor contaminador de plástico del planeta:

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Fuente: Break Free From Plastic (BFFP)

Otra asociación, denominada Plastics Rebellion denunció el pasado febrero a una de las marcas participadas por la multinacional –denominada Innocent Drinks– por publicidad engañosa, al considerar sus campañas un caso claro de greenwashing. Según declaró hace unas semanas Matt Palmer al diario británico The Guardian, esta empresa intenta que la sociedad piense que al consumir sus bebidas los clientes se convierten en «activistas del reciclaje», cuando en realidad no es así.

«UNA COSA ES OCULTAR TUS PRÁCTICAS ECOCIDAS, LO CUAL ES BASTANTE MALO, PERO OTRA ES PASAR AL SIGUIENTE NIVEL Y FINGIR QUE ARREGLAS EL PLANETA»

«Una cosa es ocultar tus prácticas ecocidas, eso ya es bastante malo, pero pasar al siguiente nivel y fingir que estás arreglando el planeta es mucho peor. Significa que la gente optará voluntariamente, e involuntariamente, por apoyar su proyecto en la creencia de que están haciendo el bien por el planeta», indica Palmer en referencia a la campaña publicitaria que ha acabado en la mesa de la Advertising Standards Authority (ASA) de Reino Unido.

Otras organizaciones, como Greenpeace, llevan años luchando para que la multinacional estadounidense modifique realmente sus prácticas, tanto productivas como publicitarias, para reducir realmente la contaminación por plásticos en los océanos. A pesar de que el foco global esté puesto en las emisiones de CO2, el problema ecológico más importante que existe es el de las toneladas de residuos plásticos que hay en las aguas. Afectando más a los países en vías en desarrollo.

UN CAMIÓN DE PLÁSTICO AL MAR CADA MINUTO

Según ECODES (Fundación Ecología y Desarrollo), cada año se vierten ocho toneladas de plástico de media a los océanos, lo que equivale a vaciar un camión de basura lleno de plásticos cada minuto. “Si no cambiamos de tendencia, en 2025 nuestros océanos tendrán una tonelada de plástico por cada tres de pescado, y en 2050 habrá más plásticos que peces”, señalan desde esta organización.

«Los residuos plásticos de Coca-Cola, Pepsi, Mars, Danone, Nestlé, Unilever, Mondelez, Colgate, Procter & Gamble y Johnson & Johnson, entre otras empresas, son una plaga repartida por ríos, ramblas, playas y océanos de todo el mundo. Sus logos son claramente visibles en este tsunami de plástico desechable, y nos señalan dónde recae la responsabilidad de este problema, aunque ellos sigan queriendo culpabilizar al consumidor», indican desde Greenpeace.

Esta organización ecologista, afirma ninguna de las citadas de marcas se ha comprometido a eliminar sus envases de usar y tirar, ni tienen objetivos claros para reducir la cantidad de plásticos que producen. De hecho, «nos siguen obligando a comprar sus productos en envases de usar y tirar en vez de ofrecer alternativas recargables o rellenables y, además, sabemos que el reciclaje no es suficiente para frenar la contaminación por plásticos. Las marcas tienen que cambiar y ofrecer alternativas que no sigan asfixiando el planeta», apunta Greenpeace.

ECOEMBES: EL NEGOCIO DEL RECICLAJE

La cuestión del reciclaje también genera mucha polémica entre los activistas, ya que Coca–Cola es una de las empresas que ha decidido liderar el proceso mediante la sociedad Ecoembalajes España, conocida por su nombre comercial: Ecoembes. 

Esta empresa que se dedica a gestionar el reciclado de envases que depositan los consumidores en los contenedores no es pública, como piensan la mayoría de los ciudadanos. En realidad es un conglomerado corporativo con unos ingresos de centenares de millones de euros –de los cuales dedica una parte importante a propaganda y publicidad– y que permite a un club selecto de directivos tener un sueldo propio de ejecutivos de compañías del Ibex.

Según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) en realidad sólo se reciclan en España un 30% de los envases, una cifra muy baja que la propia Ecoembes atribuye a la falta de concienciación de los ciudadanos. De hecho, recientemente ha lanzado una campaña para eludir su responsabilidad y cargarla en los hombros de los consumidores, que en realidad pagan con sus impuestos un sistema fallido.

CRISIS REPUTACIONAL EN COCA–COLA

Y en todo ello es evidente que Coca–Cola es un agente determinante que, además le comienza a generar problemas reputacionales, lo cual explica que la multinacional haya amenazado con romper sus vínculos con Ecoembes y desatar una crisis interna en la organización. La fundación holandesa Changing Markets ha llegado a culpar a Ecoembes de presionar a los legisladores para acabar con sus privilegios, mientras que Greenpeace ha sido más explícita al elaborar un informe en el que acusa a la sociedad anónima de «mentir». Un documento en el que «desmonta los engaños de la gestión de residuos de envases domésticos».

Precisamente Changing Markets lleva tiempo siguiendo la pista a Coca–Cola, a quien acusa de ser la principal compañía responsable de que los residuos plásticos en los océanos. El informe se titula “Habla la basura: el manual corporativo de soluciones falsas a la crisis del plástico» e incluye una infografía en la que desglosa las «promesas rotas» de la multinacional estadounidense en los últimos treinta años.

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Fuente: Talking Trash Report (Changing Markets)

COCA–COLA ESPAÑA Y LOS «MARES CIRCULARES»

La división española de la multinacional responde a esta oleada de críticas asegurando que ha diseñado y aprobado «medidas e iniciativas para acabar con la contaminación marina y promover la transición hacia una economía circular.

Entre ellas destaca la denominada «mares circulares», que fue creada en el año 2018 y que tiene un triple objetivo: limpiar costas, espacios protegidos y fondos marinos de España y Portugal, fomentar el reciclaje e impulsar la economía circular«. Cuenta con la colaboración del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.

Este programa se enmarca en la estrategia global World Without Waste (un mundo sin residuos). «Coca-Cola da así un paso más en sus esfuerzos por contribuir a la conservación del planeta y en su compromiso de recoger y reciclar el equivalente al 100% de los envases que comercializa», dice la compañía en un comunicado. Si de verdad es el objetivo real, tiene mucho trabajo por delante.


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