La cerveza es el refresco preferido por los españoles, más cuando acecha el calor y el tiempo invita a pararse al final de la tarde para disfrutar de un rato de relax con una bebida bien fría. Por no hablar del momento del aperitivo en el que la caña es una costumbre casi sagrada. Incluso en casa, para acompañar una serie, o haciendo una pausa en la terraza, nos encanta la cerveza. En los días de calor es habitual tomarse esta bebida en un vaso o una copa helada para que esté lo más fía posible.
2EL PALADAR SABOREA MENOS
La primera razón es que el frío intenso impide que nuestro paladar sea incapaz de disfrutar de toda la gama de sabores y aromas que ofrece la cerveza. Con las temperaturas muy bajas, nuestro olfato percibe menos sustancias, y la señal que emiten las papilas gustativas es menos intensa. Así que si la cerveza está excesivamente fría, no vamos a poder disfrutar de su sabor al cien por cien.