Seguro que te ha pasado en alguna ocasión de que después de comprar unos zapatos de tacón maravillosos, en el momento de estrenarlos, descubres que son casi una tortura. Una bella tortura, eso sí. Al dolor de pies se suma la sensación de haber tirado el dinero por no poderles dar el uso que quisieras. Al final, ese par de tacones se vuelve al armario a la espera de volver a ser usados en alguna ocasión que te garantice que podrás pasar una gran parte del tiempo sentada.
2CUIDADO CON LA BASE
La base, o la suela de cualquier calzado, es fundamental para la comodidad. Si hablamos de zapatos de tacón, cuando el diseño incluye unos centímetros de plataforma, el calzado gana en comodidad, ya que se reduce la inclinación del pie, sin sacrificar ese efecto de figura estilizada que aportan los zapatos altos. Una pequeña plataforma, ayuda a que el peso esté repartido a lo largo del pie, y gracias a esto podemos llevar esos tacones durante más tiempo sin riesgo de que nos duelan los pies. Si, por el contrario, el tacón es muy alto y la suela es fina, probablemente pases unas horas muy incómodas.